Lunes, 25 de septiembre del 2017 TRABAJO EN EQUIPO

Estado, minería y comunidad

Tres especialistas comparten sus puntos de vista sobre los avances, errores y las tareas pendientes en el sector minero.

Estado, minería y comunidad
Al 2016, se registró 24.470 millones de soles en la producción de minerales en el Perú, según el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú y Gerens.

El buen desempeño del sector minero depende, por igual, del accionar del Estado, las empresas de minería y la comunidad. Hace décadas existían muchas dificultades para lograr un diálogo adecuado entre los tres actores, pero hoy se avanza, aunque a paso lento, hacia un mayor entendimiento que beneficie a las comunidades y permita el normal desarrollo de los proyectos.

1. AVANCES

En la década de 1990, cuando iniciaron los grandes proyectos de minería, como Yanacocha o Antamina, hubo problemas en los mecanismos de consulta y participación ciudadana. Los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) se presentaban en una sola audiencia pública, en el Ministerio de Energía y Minas (MEM), y ningún representante de las comunidades, ubicadas en provincias, podía participar, debido a la distancia. Además, el documento no era de conocimiento público.

Manuel Glave, investigador principal de Grade, comenta que esta situación ha cambiado a raíz de casos emblemáticos, como Tambo Grande. El Estado, la sociedad civil y el empresariado han aprendido a construir una cultura de participación ciudadana. “Hoy tenemos talleres informativos previos a la presentación de las EIA, así como un conjunto de audiencias públicas para su discusión y aprobación”.

El director de la Maestría en Regulación, Gestión y Economía Minera de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), Alfredo Dammert concuerda en que el cambio principal está en la convergencia entre los tres actores. “Se avanzó mucho en cuestiones medioambientales. Las empresas medianas y grandes no contaminan y su impacto es menor en comparación con otros sectores. Cuando hay una desviación, se corrige”.

Dammert, quien fue presidente del Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin), también está de acuerdo en las mejoras de los estudios previos y las audiencias, pero advierte que estos procesos se reducen a cuestiones meramente formales. Se requiere mayor presencia del Estado en las comunidades afectadas por los proyectos, para conocer sus necesidades y sus preocupaciones respecto a la minería.

2. ERRORES COMUNES

¿Qué errores cometen los diversos actores de la minería? Para Glave, los sectores público y privado aún desconfían de la necesidad de construir sistemas de planificación territorial. Por otro lado, la ausencia de partidos políticos de gran escala y la debilidad de los gremios campesinos, así como la fragmentación de las organizaciones de base, generan espacios de negociación poco claras y comportamientos muy oportunistas.

La industria minera aún no entiende que una inversión planificada posee un horizonte temporal, y finalmente acelera los procesos de licenciamiento social en las zonas que afecta el proyecto. “Las Bambas fue un caso muy claro, donde se realizaron varias investigaciones económicas y sociales. Sin embargo, el Gobierno de García aceleró el inicio de las operaciones y se generaron los conflictos que todos ya conocemos”, comenta Glave.

Dammert considera que la actual legislación también dificulta el avance del sector. Cada vez que se piensa que existe un problema con una sola minera, se genera una ley por la que todas son perjudicadas y deben presentar la documentación respectiva. Además, existen compañías que no integran a los altos mandos con los encargados de dialogar con las comunidades. Al final surgen conflictos inesperados.

Respecto a la sociedad civil, el experto agrega que se trata de un grupo heterogéneo con el que se puede negociar acuerdos que lo beneficien y permitan el desarrollo del proyecto. Sin embargo, pueden surgir actores que le ofrezcan otras cosas y en estas situaciones también es muy influenciable. “Sin la presencia del Estado, ganan los actores negativos o aquellas personas que simplemente se oponen a la minería”.

3. PARA MEJORAR

Según Glave, es necesaria una planificación territorial multisectorial, con horizonte a largo plazo, que promueva un sentido de apropiación por parte de las comunidades locales del proyecto minero. “Es un proceso social, político y técnico a la vez. Lo peor que se puede hacer es evadirlo o no abordarlo de manera inteligente y estratégica. Los tres actores son responsables de no haberlo logrado aún”.

Por su parte, Dammert sugiere al Gobierno difundir la importancia de la minería, por las divisas que atrae al país. “Se necesita más presencia de los gobiernos central y regionales: hay una desarticulación entre ambos”.

Ana Reátegui, directora de Programas de Desarrollo Gerencial de Esan, añade que la academia puede tener un rol clave que transparente las acciones de los líderes y ser espacio donde ellos conversen con las autoridades para llegar a consensos. “Las universidades deben estar más presentes para generar el conocimiento que ayude a la formación de consensos y a la toma de decisiones”.

EJES MINEROS

Producción. La inversión en el Perú también depende de las divisas. Sin ellas no se podría comprar maquinaria para actualizar a la industria local.

Beneficios. Las divisas que ingresan al Perú se usan para adquirir los insumos que hacen funcionar a la industria en general. También para la importación de bienes de consumo, como autos o celulares.

Reemplazo. La minería no podría ser reemplazada por otra actividad productiva en, al menos, 20 años. Ahora mismo es indispensable para atraer divisas al país.

SABÍAS QUE

Los seis proyectos mineros bajo evaluación del Senace tienen que ver con ampliaciones y desarrollo de nuevas minas en La Arena (Tahoe Resources), Poderosa (Minera Poderisa), Iscaycruz (Glencore), Pallancata (Hochschild), Cerro Lindo (Milpo) y Pachapaqui.

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