Carlos Adrianzén Cabrera, decano de la Facultad de Economía de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), señala que la mayoría de trabajadores aún se encuentra en situación de informalidad, baja productividad y sin un ingreso suficiente para acceder al sistema previsional.
Desde su mirada, ¿cuánto cambiará el enfoque de las AFP?
El objetivo central del sistema previsional es acumular un ahorro que podrá retirarse al llegar a la edad de jubilación (65 años). A pesar de la enorme cantidad de deuda pública que el Estado ha ingresado a través de la regulación, la mayor parte de la gente que ahorró cantidades significativas aún tiene un fondo importante. Este sistema ha probado ser mucho más efectivo que el anterior.
Entonces, ¿en qué radica el problema?
Cuando los fondos jubilatorios se toman, la gente llega a los 65 años y no tiene nada o dispone de una pensión mínima, nada acorde con lo que ahorró. El hecho de que a los 65 años no se vean obligados a elegir una renta vitalicia o un retiro programado es una buena señal.
¿Esto quiere decir que las AFP ya no tendrían validez en el sistema?
No, porque su objetivo seguirá siendo la administración del dinero hasta los 65 años. La verdadera duda es si la gente se la va a gastar de manera rápida o la invertirá para tener más dinero en el periodo que viene. La historia demuestra que la gente tiende a ser responsable, con este sistema o sin él.
¿En qué casos la situación se complica?
La mayoría de trabajadores afiliados no ha ahorrado lo suficiente para tener una jubilación o retiro programado más adecuado. Eso no tiene que ver con el sistema de AFP, sino con el mercado de trabajo, donde la mayor parte de la gente es informal, de baja productividad y no tiene ingresos suficientes para comprar una jubilación.
Existen discrepancias sobre el uso del 25% del fondo para financiar una vivienda, ¿cuál es su posición al respecto?
La medida reducirá el tamaño de la jubilación, renta vitalicia o cualquier otro instrumento previsional adquirido, por lo que bajará el tamaño de la jubilación. En este momento, el Gobierno ha metido S/25.000 millones en deuda pública y sabemos que es desordenado. Si me dicen que puedo retirar el 25% de mis fondos, lo haré porque no confío en el comportamiento de los gobiernos. En cualquier momento pueden aumentar el tamaño de la deuda pública y se quedarán con las jubilaciones. Eso ya sucedió en la década de 1990. Es bueno que se pueda disponer del dinero, dados los antecedentes del regulador peruano.
¿De qué manera esta acción desvirtúa el concepto de pensión de las AFP?
Solo se reduce el tamaño de la pensión. En este sistema, cuando tienes capacidad de ahorro, puedes llegar a tener una buena jubilación. Si tus ingresos son bajos, la jubilación será menor. Las jubilaciones de S/200 y S/300 reflejan que la productividad del trabajador fue bajísima. Eso no tiene solución a corto plazo. Si alguien cree que puede generar una jubilación quitándole a los que tienen para darle a los que no tienen, no solucionará nada.
¿Cómo se podría dar mayor flexibilidad al ahorro de las personas?
Cuando se gana mucho, puedes descontar una parte de tus ingresos para tener un buen colchón en la vejez. Cuando tus ingresos son de subsistencia, ganas solo lo que comes. Lo que hizo el ministro Castilla al obligar a los trabajadores independientes a que tengan un descuento en su recibo por honorarios fue ridículo. Ellos tienen un ingreso de subsistencia y no tienen la capacidad de comprar la jubilación.
¿Qué aspectos debe tomar en cuenta el pensionista para hacer un buen uso de su dinero?
Debe evaluar cuántos años podrá seguir trabajando. Si el fondo es muy pequeño, que compre la opción que prefiera. Todo depende de cada caso. Hay mucha demagogia al decir que todos tienen derecho a una jubilación, porque cuestan. Las de S/200 son una estafa, no son jubilaciones porque los gastos son mayores. Las personas tienen su plata segura en las AFP, pero los gobiernos de izquierda meten mano en estos fondos para beneficiar a más personas.
¿Cuáles son las principales fallas en el sistema previsional en el Perú?
La principal que he observado es que la regulación a las AFP es muy mala desde el enfoque técnico y desde el ético es vergonzante. Eso de obligar a las AFP a que financien un gasto público a través de las inversiones es técnicamente indefendible, porque la norma peruana paga un retorno alto.
¿Qué se debe hacer con los dos sistemas que existentes?
En el caso de las AFP, hay que regularlo mejor, elevar el límite de las inversiones en el exterior para diversificar su riesgo global. Es decir, que los mismos afiliados y no el Gobierno o las AFP tengan el control de su dinero, como lo que ha sucedido con el retiro del 95,5%, que permitirá que generar más oportunidades de ahorro y de jubilación. En el caso de la ONP, hay que liquidarla, porque es una institución que vive de los impuestos y no está funcionado.
¿Hacia dónde se debe orientar la reforma del sistema previsional?
Debe apuntar hacia la libertad del trabajador. Que no solo tenga la posibilidad de contar con la AFP, sino también con diversos productos de ahorro. Por ejemplo, que el señor que se jubile tenga más opciones de una renta vitalicia. El dinero puede ir a un banco, a una compañía de seguros, entre otros. Otro punto importante es que la regulación no sea usada para financiar los gastos públicos como ocurre hoy.
¿Es importante que esta reforma cuente con un pilar social?
Los pilares solidarios, para dar una jubilación digna a todos, requieren ahorros que el Perú, como país, no tiene. Si estamos hablando del pilar solidario de veinte céntimos va alcanzar, pero eso no es una jubilación. Para dar una jubilación decente de S/1.000 no alcanza.
¿Qué papel le espera al próximo Gobierno?
El principal reto es ordenar la casa. En primer lugar, permitir la plena diversificación de los ahorros: que la mayor parte no solo esté en el Perú, sino también en otros países para asegurarles el menor riesgo posible a los jubilados. Uno no busca rentabilidad en una jubilación, uno busca que el dinero no desaparezca.