¿Cuál es tu plan de vida después de los 65?

Se dice que en la vejez se cosechan los frutos de todo lo que se siembra en la juventud. Es decir, es el reflejo de los cuidados –o los descuidos– que hemos tenido a lo largo de nuestra vida. En ese sentido, cobra importancia la necesidad de contar con un plan a largo plazo que asegure una ancianidad con una adecuada calidad de vida.

PRIMERO, LA PENSIÓN

La estabilidad financiera es uno de los aspectos que más preocupa, por ello existen los planes de pensiones para después de la jubilación. Sin embargo, hay otros aspectos, como el bienestar físico, emocional y psicológico, factores imprescindibles para contar con una buena calidad de vida.

Óscar Osorio, director de Coaching Perú, afirma que la importancia de tener una visión a largo plazo radica en buscar la autorrealización. Para ello es necesario fijarse miniobjetivos que servirán de automotivación y ayudarán al adulto mayor a sentirse pleno y seguro de sí mismo. Así, en esta etapa se debe tomar en cuenta prioridades básicas, como la alimentación, la salud y la vivienda, para luego ir ascendiendo en la escala de prioridades.

En este periodo, es común que las personas se sientan temerosas, aisladas, a veces poco útiles y preocupadas por las enfermedades que las aquejan, lo cual conlleva a una inestabilidad emocional. Por ello, Osorio considera que se debe priorizar, una vez que se haya logrado cubrir las necesidades básicas, las relaciones sociales y el fortalecimiento de las relaciones familiares. Estas ayudarán al adulto mayor a sentirse parte del grupo, a reír, a discutir, a compartir, a escuchar y ser escuchado, es decir, a vivir al máximo esta fase en que se debe disfrutar la vida con más intensidad.

Es importante no reducir el envejecimiento a un mero proceso biológico, pues no todos viven la vejez de igual manera. Este periodo será producto de las acciones que se hayan realizado de jóvenes.

UN FUTURO DIFERENTE

La directora del Centro Nina Pukio y facilitadora en psicoterapia, Margarita Lay, señala que para contar con una buena calidad de vida en el futuro es indispensable mantener el cuerpo en buenas condiciones físicas.

Esto implica cuidar de la alimentación, cumplir con los chequeos médicos, hacer ejercicio físico constantemente, es decir, darle la importancia que se merece a nuestra salud, porque de ella dependerá, en gran parte, el buen estado de ánimo futuro. Pero no solo se habla de la salud física, sino también de la mental; por lo que mantener buenas relaciones amicales y familiares también contribuirá al bienestar emocional.

“Está comprobado que la persona que se siente respaldada y acompañada desarrolla una vida más saludable y está menos propensa a caer en depresiones”, enfatiza Lay.

Por otro lado, también será conveniente desarrollar intereses y pasatiempos, pues servirán de compensación ante el estrés y proporcionarán satisfacción y equilibro psicológico en las personas de la tercera edad que continúen con esta práctica.

TRANQUILIDAD ESPIRITUAL

A nivel mental, debe haber un interés verdadero por continuar aprendiendo nuevos temas, con el fin de que la mente se mantenga activa. Asimismo, existe la opción de empezar algún programa de meditación que colabore a mantener este bienestar mental e interior.

Margarita Lay indica que también es necesario resolver los problemas que nos aquejan actualmente y no postergar la solución para años venideros. Cualquier dificultad del presente podría agravarse, convertirse en grandes molestias en la vejez y resultar un complicado obstáculo para llevar una vida plena.

Finalmente, se debe entender que la senectud es un periodo de la vida en el que las personas desean sentirse útiles y apreciadas por los demás, por lo que las acciones que se hagan ahora deberán girar en torno a estas necesidades futuras.