Miércoles, 4 de diciembre del 2019

Niños: ¿cómo enfrentar la primera visita al dentista?

Este es un suceso importante. Los padres deben procurar que sea en un clima de máxima tranquilidad.

Niños: ¿cómo enfrentar la primera visita al dentista?
La aplicación de flúor, la ortodoncia y los selladores de surcos y fisuras son algunos de los tratamientos frecuentes en niños.

¡Que levante la mano quien de niño no le ha tenido miedo al dentista…! Deben ser pocos los que al ingresar a la consulta con el odontólogo no han tragado saliva y dado un suspiro de ansiedad al escuchar el agudo ruido de su taladro dental.

Pero eso es cosa del pasado. Lo explica la doctora Lilia Molleapaza Palomino, especialista en Estomatología de pacientes especiales, con gran experiencia en casos difíciles en salud oral. “Con frecuencia son los propios padres quienes generan los miedos en sus hijos a la hora de hablar del dentista”, explica. Y hace referencia a las conocidas las frases de ‘si no comes te voy a llevar al dentista’ o ‘se te van a caer los dientes por tantos caramelos’, que generan rechazo y temor.

“También debemos considerar aquellas experiencias negativas vinculadas a las atenciones médicas, como vacunas dolorosas o visitas a otros consultorios por alguna enfermedad bronquial o leve accidente, que relacionan al médico con el dolor”, añade.


PASO A PASO

La doctora Molleapaza indica que para generar confianza en el menor, lo aconsejable es que en la primera cita se realicen algunos tratamientos sencillos, como por ejemplo una evaluación del riesgo de caries o una limpieza dental. “En esa primera etapa, nosotros evaluamos el comportamiento del niño”, comenta.

Un tratamiento sencillo puede ser la profilaxis, pero cuando el temor es difícil de vencer y el pequeño requiere ser atendido con urgencia, pues hay riesgo a su salud, se deben aplicar otros procedimientos.

Primeramente, se apela a la psicología a través del diálogo. Es necesario que el niño conozca la importancia de la salud oral y de acudir al consultorio del odontólogo para prevenir enfermedades bucales posteriores, siempre procurando liberarlo del estrés en forma gradual, sin imposiciones ni amenazas.

Es decir, si en la primera cita el chico no desea sentarse en el sillón, hay que respetar su decisión. Es indispensable generar un clima agradable, donde el especialista le explicará el procedimiento con suavidad y sencillez, y los positivos resultados que obtendrá.

El periodo de vacaciones escolares es ideal para realizar tratamientos de ortodoncia o lo que nuestros engreídos necesiten.

CASOS COMPLEJOS

Jharmando Benavides Arias, estomatólogo de pacientes especiales, destaca la importancia de acudir a un especialista en ciertos casos, como por ejemplo por enfermedades congénitas, VIH, problemas de coagulación y alergias. “Los pacientes especiales deben seguir protocolos más estrictos en bioseguridad. Igualmente, en el caso de discapacidades intelectuales es preciso aplicar otros Procedimientos”, detalla.

Es por ello que se recomienda a los padres ubicar al experto en salud oral para pacientes especiales, lo que va a garantizar el mejor tratamiento ante determinada enfermedad.

Con frecuencia, los dentistas conocidos son quienes hacen la referencia a un colega especializado, porque no cualquiera puede abordar este tipo de atenciones, que de por sí son de mayor cuidado, puntualiza Benavides Arias.

CONSULTA TEMPRANA

1. Es importante llevar a los niños lo más tempranamente posible a la consulta odontológica; es decir, en los primeros meses de vida.

2. A partir de ese momento, el bebé podrá recibir asesoría en limpieza dental, controles y otros beneficios, como la aplicación del flúor barniz.

3. Esta etapa es clave para evitar que el niño alcance los cuatro años de edad con diagnósticos que requieren tratamientos mucho más complejos

OTRAS TÉCNICAS

1. Algunos tratamientos más complejos requieren de técnicas farmacológicas, como la sedación consciente con sustancias ansiolíticas, o la sedación con óxido nitroso, bajo la supervisión de un especialista.

2. En casos extremos, también se acude a técnicas de restricción para proteger los movimientos involuntarios del niño, o el uso de abrebocas de goma, entre otros. Y todo ello con el apoyo de los padres.

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