Administradores flexibles: la necesidad de las empresas

En un contexto donde las actividades económicas se reactivan poco a poco después de una paralización sin precedentes, las empresas enfrentan desafíos de todo tipo. Y los primeros llamados a repensar procesos claves y diseñar estrategias que aseguren su supervivencia son los administradores.

“El contexto pandémico se extenderá – en el mejor de los escenarios – hasta el primer trimestre del 2022. Entonces, se requiere un trabajo conjunto más allá de las herramientas informáticas y el compromiso del colaborador”, afirma Liliana Lazo, directora de la carrera de Administración de la Universidad de Lima. Dicho trabajo involucra diseñar sistemas de experiencia laboral que incluyan seguridad en el trabajo, relaciones de confianza y balance con la vida personal.

TRABAJO REMOTO

Esto último toma especial relevancia, si consideramos uno de los cambios más notorios que hemos percibido en el escenario laboral: el trabajo remoto, el cual −si bien ya era una práctica en muchas empresas−, se realizaba en escenarios puntuales y, generalmente, de corta duración.

“Se nos ha impuesto el teletrabajo de forma obligatoria y muchos administradores no estaban preparados para ello. Uno de los retos que se presentan es mantener la motivación de los colaboradores, quienes enfrentan situaciones difíciles, con familiares o amigos que han contraído COVID-19”, sostiene Jorge Luis Javier Vidalón, coordinador de la carrera de Administración de USIL.

Lazo agrega que, en estas circunstancias, ha quedado expuesta la falta de mecanismos en las empresas para cuidar la salud emocional de sus colaboradores. “Deben enfocarse en la efectividad y el bienestar de la fuerza laboral sin descuidar los resultados económicos”.

ADMINISTRADORES DEL FUTURO

Aun cuando la pandemia termine, debemos tener en cuenta que el paradigma ha cambiado. “El mundo, tal como lo conocimos, ya no regresará. Muchas de las cosas y procesos que regían nuestras vidas lamentablemente ya no funcionarán. Volver a cero nos lleva a reconocer que lo que teníamos seguro en marzo, hoy no lo es más”, explica Alejandro Flores, jefe del departamento académico de Administración de la Universidad del Pacífico.

Bajo este escenario, ¿qué esperan y esperarán las empresas de los administradores? Que puedan gestionar el cambio. “El primer cambio se orienta al modelo de negocio, tanto a descubrir las nuevas necesidades de futuros clientes, como definir la nueva propuesta de valor con la que podrán reactivar el negocio. Por lo tanto, deberán estar a la búsqueda de nuevas oportunidades de negocio y, en este tiempo, buscar cómo lograr una organización ágil capaz de repensar el futuro”, continúa Flores.

De ello se desprende que los administradores deben tener una gran capacidad de reinvención, especialmente en lo que se refiere a la cultura organizacional. Esta debe estar orientada a crear entre los colaboradores una predisposición natural hacia el cambio. “La administración seguirá evolucionando y nosotros con ella. Definitivamente, las habilidades blandas o socioemocionales son más requeridas en las organizaciones. Su uso es necesario en estos tiempos. No le tengamos miedo a lo que está sucediendo. En una situación de crisis como la actual, de zozobra económica y social, es cuando surgen las innovaciones y las soluciones más útiles”, afirma Javier.

POR LA SOCIEDAD

Además, Liliana Lazo destaca que los administradores de la generación Z traen consigo las ganas de participar en causas comunes para favorecer a la sociedad, que serán vitales en esta nueva realidad a la que nos enfrentamos. “Si bien el futuro es incierto, los requerimientos de profesionales en administración se mantendrán por su rol transformacional en los negocios y por ser una carrera integradora, holística, que permite al profesional desenvolverse en múltiples contextos”.