Viernes, 31 de mayo del 2019

Sepa cómo cuidar su corazón en el deporte competitivo

Sepa cómo cuidar su corazón en el deporte competitivo
Félix Medina Palomino es cardiólogo de Clínica Internacional.

Sin duda, el ejercicio constituye una de las mejores estrategias preventivas de enfermedades cardiovasculares. El beneficio está claramente documentado en la reducción de la mortalidad cardiovascular y por otras causas para la población general. La exigencia del ejercicio ha ido variando a lo largo del tiempo, de manera que la recomendación realizar ejercicio aeróbico predominantemente al menos 150 minutos por semana.

Tema particular y distinto es el deporte competitivo y de alto rendimiento; a nivel de atletas profesionales. En las últimas décadas se ha observado un sustancial crecimiento en el número de atletas de competencia y gente fuertemente activa. Y aunque el ejercicio físico rutinario es una manera efectiva para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares; no los vuelve inmune.

La persona con enfermedad cardiovascular oculta es susceptible de muerte súbita cardiaca durante el ejercicio; y la prevención representa sólo uno de los elementos de cuidado para esta población intensamente activa. Los equipos multidisciplinarios que comprenden entrenadores de atletas, terapistas físicos, médicos especializados en medicina del deporte y cirujanos ortopedistas, tradicionalmente han brindado el cuidado clínico para esta población.

Sin embargo, este equipo de profesionales debe incluir un especialista cardiovascular dedicado. A fin de que pueda colaborar en el despistaje de enfermedad cardiovascular, en la evaluación y manejo de los atletas con sospecha o enfermedad cardiovascular confirmada y participar en la generación de políticas diseñadas para maximizar el deporte seguro.

Se conoce bien que la actividad física de intensidad moderada a alta, sean con fines recreativos o atletismo de competencia; requiere de la adaptación del sistema cardiovascular saludable. Esto conlleva a una serie de cambios estructurales y funcionales que merecen ser interpretados adecuadamente, ya que podríamos estar frente a una crisis cardiaca inducida por el ejercicio.

Nada reemplaza a una meticulosa historia clínica que ya puede brindar los primeros indicios de sospecha en que pudiera existir algo patológico y requiera de estudios adicionales. De manera que es importante una evaluación clínica a fin de precisar síntomas cuyas características han sido claramente definidas como muy sospechosas, como por ejemplo: dolor torácico, palpitaciones, sincope y capacidad limitada al ejercicio.

Aún se discute si en todos los atletas debe recurrirse a un electrocardiograma en reposo como parte de la evaluación basal. Igualmente, se presentan adaptaciones cardiovasculares al ejercicio que comúnmente se manifiestan en un trazado electrocardiográfico de 12 derivadas. La evaluación posterior dependerá del planteamiento diagnóstico, habiendo exámenes idóneos según la sospecha clínica.

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