
El aprendizaje de un nuevo idioma también puede apoyarse en la música.
La música es un complemento al proceso de aprendizaje, que supone el desarrollo de habilidades como leer, escribir, hablar y escuchar; y crea un ambiente motivador mientras los alumnos están realizando alguna actividad o trabajo.
Aplicada al aprendizaje de un nuevo idioma, la motivación es parte del proceso de estudio. La música fomenta una respuesta emocional positiva que favorece la adquisición de una nueva lengua.
Y eso no es todo. Según Liisa Henriksson-Macaulay, columnista de la sección The case for lenguage learning de The Guardian, cuando se les enseña una hora de música a niños, estos logran una mayor capacidad para aprender tanto la gramática como la pronunciación de lenguas extranjeras.