Lunes, 8 de octubre del 2018

“En la Marina, la improvisación no está permitida”

La Marina se moderniza. Ahora cuenta con equipos de defensa nacional y de uso para apoyo humanitario.

“En la Marina, la improvisación no está permitida”
El Comandante General de la Marina de Guerra del Perú, Gonzalo Ríos Polastri, destaca los pasos de modernización en la institución.

El almirante Gonzalo Ríos Polastri destaca el nivel de planificación de la Marina en sus objetivos de modernización. También resalta el ejemplo de Grau como referente de valores, especialmente en la coyuntura particular que vive el país

Los recientes casos de corrupción motivan una reflexión sobre la honestidad, el honor y otros valores. ¿El ejemplo de vida del Almirante Grau sigue vigente y es aplicable en nuestra sociedad?

Ahora más que nunca, el ejemplo de prohombres como el Almirante Miguel Grau toma una enorme importancia en la vida de nuestro país. Grau es un ejemplo para la ciudadanía y su conducta es de plena vigencia en la Marina de Guerra del Perú. Para nosotros, es fundamental la formación en valores, tanto para oficiales como para técnicos y marinería. Pretendemos que sea una norma de conducta para todos.

Según la historia, la Marina nace con el Perú en 1821, pero la vocación por el mar data de mucho antes.

Es interesante que usted mencione que la Marina nace con la República, porque es parte de una visión. Pero en realidad, el Perú mantiene una vocación marítima que data de la época preincaica y que ha ido reafirmándose en el tiempo hasta hoy. Varias teorías científicas indican que Túpac Yupanqui, por ejemplo, podría haber navegado hasta la Polinesia con una flota de balsas, zarpando de territorios que eran parte del dominio Inca. Por eso le denominamos “el Inca navegante”.

La carrera naval es vista como un destino apasionante. ¿Cómo surge en usted esa vocación que lo lleva a la Marina?

Desde siempre mantengo una fuerte afición el mar. Y fue durante la visita de unos cadetes a mi colegio cuando tomé la decisión. Ingresé a los 15 años, casi un adolescente. Me impresionó mucho el clima de valores y la mística que aún hoy se vive en la Escuela Naval. Esta carrera permite llevar una vida apasionante al servicio del país, en los buques y en otros destinos. Además, a mi generación le tocó defender al Perú en lo interno y estar preparada para actuar en lo externo para hacer respetar los acuerdos internacionales. Entonces, proyectar una Marina de servicio al país es una vivencia muy rica, yo estoy muy orgulloso de todos estos años dedicados a mi país y a mi Marina.


Usted que está en la cúspide de la institución naval, ¿puede decirme cuál es el mejor momento en la vida de un marino?

Cada uno tiene una orientación particular. Un submarinista responderá que su mejor momento es cuando está en un submarino, mientras el aeronaval dirá que al estar volando. Yo soy oficial de superficie y casi toda mi vida estuve embarcado. Es una extraordinaria experiencia y creo que cuando se está a bordo es el mejor momento.

La Marina es una fuerza de combate, obviamente. Y para ello requiere estar actualizada frente a los desafíos a la seguridad. ¿Cómo marcha la renovación de los buques con más de 30 años de servicio?

Es un proceso de larga duración que requiere de proyecciones al más alto nivel. Nosotros hemos avanzado en las definiciones técnicas de nuestros requerimientos y estamos listos para conducir procesos de los proyectos de inversión pública. La renovación implica, desde nuestra visión, generar trabajo en el país. Usted, con toda propiedad, dice que la Marina es un elemento para la defensa. Efectivamente, lo es, y al mismo tiempo y con énfasis, para el desarrollo nacional.

¿De qué manera la Marina se alista ante situaciones de desastre, como el Fenómeno de El Niño o un sismo? Sabemos de una brigada especial y de nuevos roles de apoyo a los damnificados.

Tenemos una particular capacidad de polivalencia y multiplicidad de funciones. Y a la par que nuestros medios sirven para cumplir con los roles de la defensa, también se proyectan en la atención de desastres y asistencia humanitaria. El nuevo buque multipropósito Pisco, por ejemplo, apunta a fortalecer esa misión. En el reciente simulacro en el puerto de Ilo, en pocas horas pudimos llegar a los 4.000 mil metros de altura con ayuda humanitaria. La preparación de nuestro personal en remoción de escombros y de nuestras unidades caninas para la búsqueda de sobrevivientes significa un apoyo en caso de desastres y colaboración con las autoridades.


La construcción de nuevos buques ha relanzado a nuestra industria naval en Latinoamérica. ¿Cuáles son los nuevos proyectos tecnológicos que se vienen?

Tenemos buques como el velero Unión y el BAP Pisco, construidos en el Servicio Industrial de la Marina (SIMA) en el Callao, las patrulleras marítimas por el astillero en Chimbote y las plataformas itinerantes de acción social o PIAS en Iquitos para la Amazonía. En reparaciones navales, por primera vez hemos hecho el corte de casco de un submarino, un hito en la historia reciente por su alta complejidad.

Asimismo, el área de tecnología está desarrollando e incorporando muchas modernizaciones para ampliar la vida útil de los buques a nivel de sistemas de comando y control, y de guerra electrónica. Todo esto no es solamente para la defensa, pues con cada proyecto se generan muchas horas de trabajo, y la participación de empresas locales asociadas es impresionante. El movimiento económico, al concretar un proyecto de construcción naval, genera crecimiento para el país, y trabajamos con énfasis en ello.

¿Eso significa que los planes de reemplazo de los buques tendrán un fuerte ingrediente de participación nacional?

Hemos planteado que los diseños, adaptados a nuestras necesidades, tendrían que hacerse necesariamente en nuestro país, para generar más oportunidades de trabajo y promover a la industria nacional.

¿Cuál es la clave que ha encontrado la Marina para llevar adelante sus proyectos de modernización?

El planeamiento estratégico es una constante de muchísimos años en la Marina. Por el tipo de servicio que entregamos al país, la improvisación no está permitida. Nuestras capacidades humanas tienen varios años de gestación. El personal técnico especializado en mantenimiento de un radar sofisticado se forma a través de los años y con preparación aquí y en el extranjero. La Marina tiene una composición con más del 80% de su personal técnico profesional. Tenemos una alta tecnificación y cada vez mejor calidad de seres humanos al servicio del país. Nuestros profesionales son una herramienta fundamental junto a la actualización tecnológica y la visión del futuro.

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