Lunes, 8 de octubre del 2018

La corbeta Unión y su hazaña en el estrecho de Magallanes

Hace 139 años, esta embarcación ejecutó una audaz y poco conocida misión de guerra.

La corbeta Unión y su hazaña en el estrecho de Magallanes
La Unión nunca fue capturada. Inclusive, su tripulación se dio el lujo de burlar hasta en dos ocasiones el bloqueo sobre el puerto de Arica.

Es la noche del 16 de agosto de 1879 y el gélido viento antártico estremece a los marinos de la corbeta ‘Unión’, que se acerca sigilosa al puerto chileno de Punta Arenas con sus cañones listos para disparar.

Parece de película pero fue una misión real, a seis mil kilómetros de la patria, en una costa hostil y burlando a los enormes acorazados de la entonces más poderosa flota naval del Pacífico Sur, para capturarle el armamento y los repuestos que le abastecían desde Europa.

“Esta operación indica que en la Guerra del Pacífico nuestra estrategia no fue puramente defensiva, y que pese a los escasos medios se pudo obstaculizar el abastecimiento de armas”, afirma el profesor John Rodríguez Asti, del Instituto de Estudios Histórico Marítimos del Perú y miembro de la Comisión Nacional del Bicentenario.


Dos semanas atrás, este navío de madera de 70 metros de largo –casi una cuadra- zarpó del Callao. Su capitán, Nicolás del Portal, navegaba guiado por instrumentos que usaban al sol y las estrellas como referencias. Hoy sería indispensable usar el GPS.

PEQUEÑO GIGANTE

La ‘Unión’ estaba diseñada para la ‘guerra de corso’: emplear su gran velocidad y autonomía a grandes distancias para atacar en solitario las rutas comerciales del enemigo, refiere Rodríguez Asti.

Para más data, el historiador naval chileno Rodrigo Fuenzalida confirma que el arribo del vapor Glenelg –su principal presa- lo conocía el Perú por sus agentes en el exterior y por la correspondencia capturada en el Rímac.

Sin embargo, la escasa e imprecisa información fue una desventaja. En esa época solo había forma de comunicarse por el telégrafo en tierra. Entonces, cuando la Unión llegó al Estrecho de Magallanes, el mercante ya había pasado y tenía una escolta poderosa: el ‘Loa’, el blindado ‘Cochrane’, la ‘Covadonga’ y el ‘Amazonas’.

No obstante, los peruanos entraron en Punta Arenas para abastecerse de carbón y víveres frescos, y volver al Callao sin que el rival le pudiera dar caza.

Lo que esta expedición deja para la historia es la capacidad profesional de la Marina peruana de actuar a largas distancias, así como su afán de no amilanarse ante la adversidad. Y ratifica que el enemigo no pudo dominar el mar a pesar de su enorme poderío.

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