Lunes, 8 de octubre del 2018

Buque Escuela a Vela Unión: una embajada en altamar

Es el más grande de Sudamérica y el segundo a nivel mundial. Hoy recorre los mares del mundo con la bandera del Perú.

Buque Escuela a Vela Unión: una embajada en altamar
Perú es parte del club de países iberoamericanos con veleros-escuela formado por Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, España, México, Uruguay y Venezuela.

Increíblemente, nuestro país de fuerte vocación naval, con 200 millas de mar y una costa de 2.499 kilómetros, no tenía un buque para formar a sus cadetes en la tradición marinera. Salvo el pequeño velero ‘Marte’, incautado en los 70.

Todo cambió en enero de 2016, cuando se recibió al Buque Escuela a Vela Unión, construido con asesoría española por el SIMA.

La estructura es de acero con finos acabados de madera. Tiene 115 metros de largo y 14 metros de ancho, cuatro mástiles y un equipamiento muy moderno. Su construcción demandó una inversión de 55 millones de dólares, tres años de labor, y generó 3.500 empleos.

VIAJERO INCANSABLE

El Capitán de Navío Franz Bittrich, su comandante durante el “Velas Latinoamérica 2018” de junio pasado, indica que con el Unión se han iniciado los viajes de instrucción llevando la presencia de nuestro país milenario y un mensaje de paz al mundo.

La más reciente travesía comprendió 157 días por las costas de América Latina y el Caribe, donde recaló en los puertos de Valparaíso y Antofagasta (Chile), Guayaquil (Ecuador), Balboa (Panamá), Curazao y Cartagena de Indias (Colombia).

También alcanzó La Guaira (Venezuela), Santo Domingo (República Dominicana), Cozumel y Veracruz (México), Puerto Limón (Costa Rica) hasta retornar al Callao. Fueron 18 puertos y más de 12 mil millas náuticas recorridas para compartir amistad con marinos de diversas nacionalidades.

ORGULLO DEL PERÚ

Nuestro embajador del mar es también un ganador. En la Carrera 4 del Rendezvous 2017 ‘Tall Ships Regatta’, navegó 460 millas en 43 horas entre Boston (Estados Unidos) y el Golfo de San Lorenzo (Canadá), superando por casi una hora al favorito, el ‘Eagle’ de la Guardia Costera estadounidense.

“Fue un escenario difícil, con vientos fuertes, frío y lluvioso, que exigió alto profesionalismo a la tripulación”, recuerda uno de los 257 marinos de la dotación. La velocidad del viento fue uno de los mayores desafíos que obligaron a maniobrar sus 34 velas de 3.400 metros cuadrados en total. Tal como lo hacían los navegantes en el siglo XVIII.

  • 0
  • 0
  • 0