Martes, 15 de octubre del 2019

Vida universitaria: años maravillosos

Seis reconocidos peruanos comparten sus recuerdos en las aulas universitarias.

Vida universitaria: años maravillosos
¿Qué tan importante fue la época universitaria en el trabajo que cumplen ahora estos famosos?

“MIS PROFESORES INFLUYERON MUCHO EN MÍ”

Sergio Gjurinovic – Actor. Carrera de Comunicación de la Universidad de Lima.


“Pienso que la universidad es una buena oportunidad para aprender a organizarse y ser más disciplinado, es decir, saber cómo intercalar tus intereses personales con los profesionales. Uno de los aspectos que más me impactó fue la manera en que amplía tu visión del mundo.

El momento más complicado que recuerdo fue el inicio de mis prácticas preprofesionales. Me costó compaginar los estudios de mi carrera, los de actuación y mi trabajo. Sin embargo, pude superarlo gracias a una buena gestión de mi tiempo y la comprensión de mis profesores.

El mejor recuerdo de mi etapa universitaria fueron los docentes con los que me formé y que influyeron mucho en lo que hago ahora. Agradezco a Julio Hevia, Ricardo Bedoya, Oscar Quezada, Jaime Bailón y muchos otros que me contagiaron las ganas de conocer más, de leer y de informarme”.

“LA UNIVERSIDAD MARCÓ UN ANTES Y UN DESPUÉS EN MÍ”

Damaris Mallma – Cantautora. Escuela de Teatro (TUC) de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).


“La principal diferencia con mi etapa escolar es que mi ingreso a la universidad fue por decisión propia. A pesar de que ya tenía experiencia en la música, porque estaba grabando mi segundo disco, consideraba importante disponer de una formación académica que reforzara todo mi trabajo.

Esto me brindó una mayor predisposición a los estudios universitarios. Aunque mi formación escolar fue muy frágil, cada nuevo reto me estimulaba mucho más. Cada conocimiento nuevo me resultaba muy interesante, desde la música hasta la literatura.

La universidad marcó un antes y un después en mi vida. Me dio consciencia de quién soy y ese autoconocimiento hoy se refleja en mi música. La actuación me permitió comunicarme mejor con los demás. A nivel profesional, me brindó muchas herramientas”.

“FUE DIFÍCIL COMPAGINAR TRABAJO Y ESTUDIOS”

Andrea Luna – Actriz. Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Martín de Porres (USMP).


“Mi etapa escolar transcurrió en Estados Unidos. En ese aspecto, el ingreso a la universidad, aquí en Perú, supuso un cambio muy drástico. Además, no estaba muy segura de lo que quería estudiar. Fue por recomendación de mis padres que me decidí por Ciencias de la Comunicación.

Desde que ingresé, ya estaba trabajando, así que el mayor reto fue compaginar mis tiempos para el estudio y el trabajo. Este ritmo me llevó a tomar pocos cursos en cada ciclo y me resultaba complicado terminarlos.

Rescato los aprendizajes sobre producción de contenidos audiovisuales. Disfruto armar programas de radio y televisión, además de escribir. Siempre supe que quería ser artista, pero esta carrera me enseñó la importancia de saber qué sucedía detrás de cámaras y lo que cuesta producir programas en vivo”.

“APRENDÍ A TRABAJAR EN EQUIPO”

Vanessa Tello – Nutricionista y modelo. Carrera de Nutrición de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).


“A diferencia del colegio, hay una mayor exigencia en cada curso universitario y no tienes a nadie detrás de ti. Es clave ordenar tus tiempos para cumplir con los plazos. Además, yo venía de un colegio pequeño donde no se empleaba mucha tecnología. Ya en la universidad, me abrumó un poco el uso de herramientas digitales como la intranet.

Estudié Nutrición, una carrera que amas u odias. Yo la adoro y cada cosa nueva que aprendía en clase me fascinaba. Tuve muchos momentos de diversión y confraternidad con mis compañeros. La etapa universitaria es una de las que más amo.

Antes de ingresar a la universidad, pensaba que era ella la que debía darte todo para triunfar. Una vez dentro, aprendí que uno mismo debe formarse y decidir qué camino seguir para lograr el éxito. La universidad me brindó conocimientos muy valiosos y me enseñó a trabajar en equipo, pero es importante que cada persona se dirija hacia el lado que más desea explorar”.

“MIS COMPAÑEROS ME RETABAN A SER LA MEJOR”

Gianna Velarde – Motociclista. Carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL).


“Al principio, no tenía muy claro qué carrera seguir. Empecé en Negocios Internacionales, pero luego cambié de carrera. Tras escuchar a mis compañeros e informarme sobre otras opciones, opté por estudiar Relaciones Internacionales, que tiene un enfoque más diplomático.

En el colegio puedes sentirte segura de sacar buenas notas en cada curso. Sin embargo, la universidad es muy distinta. No tienes a tus padres para ayudarte a resolver tus problemas y debes velar por tu propio desarrollo y defi nir qué tipo de profesional quieres ser.

La gestión del tiempo fue complicada porque, además de estudiar, tenía un negocio propio y luego me inicié como deportista. La universidad aportó un 70% a lo que soy ahora, el resto es mi manera de ser. Compartí muchas experiencias con mis compañeros de clase, quienes me retaban a ser la mejor”.

“NO DEBEMOS PONERNOS LÍMITES EN LA VIDA”

Gonzalo Rodríguez – Supervisor de Marketing División Autos en Honda del Perú. Carrera de Administración y Marketing de la Universidad ESAN.


“Mi etapa universitaria me permitió desarrollar la perseverancia y la pasión por el estudio y la investigación. Aprendí la importancia de capacitarme constantemente y actualizar mis conocimientos para mantener un perfil competitivo.

Quizás el mayor reto que afronté fue aterrizar las cosas que iba aprendiendo en el camino y visualizarlas en el plano laboral. Entendí que todo el conocimiento adquirido podía aplicarse en la vida real y, al egresar, eso me abrió muchas puertas en el mercado.

Recuerdo que existía una competencia interna entre mis compañeros y yo para entregar los trabajos de mejor calidad y en el menor tiempo posible. Todos buscábamos alcanzar un alto nivel de formación.

Pienso que la universidad fue la mejor etapa de mi vida. Me ayudó a formarme y aprendí tanto de docentes como de compañeros. Quizás la lección más importante que me dejó es que no debemos ponernos límites en la vida, ya que cada uno sabe hasta dónde quiere llegar”.

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