Lunes, 25 de octubre del 2021

Conoce los impactos del aprendizaje virtual

950 millonesde dólares facturó Zoom de febrero a abril de 2021, 191% más que el mismo periodo en el 2020.

Conoce los impactos del aprendizaje virtual
Zoom para la interacción, moodle para las evaluaciones y onedrive el para intercambio de material, son algunas de las tecnologías aplicadas.

El 16 de marzo del 2020 es una fecha difícil de olvidar. Ese día, el Gobierno informó que se había detectado el primer caso de la COVID-19 en el Perú. Nueve días después se decretó el aislamiento obligatorio, lo que impulsó de una manera inusitada la virtualidad en todos los ámbitos, incluida la educación.

“Todos han aprendido cómo el uso de la tecnología puede ayudarnos a romper barreras de aprendizaje y a investigar por nuestra cuenta. Han mejorado su capacidad de autonomía, de renovarse y de buscar nuevas alternativas para las tres fases de una clase: el inicio; el desarrollo de los contenidos (para lo cual se emplean desde pizarras digitales hasta laboratorios virtuales y softwares para participar y hacer trabajos grupales); y el cierre de la sesión”, explica Emma Barrios Ipenza, vicerrectora de Desarrollo y Aprendizaje Digital de la Universidad Continental.


El ahorro del tiempo de desplazamiento es un punto sumamente valorado por todos, principalmente por estudiantes que proceden de diferentes departamentos del país y que, en este tiempo, no han tenido que viajar para llegar al campus.

“En la Universidad Continental ampliamos cuatro veces la capacidad de nuestros servidores del aula virtual en la nube (AWS); el equipo de Tecnologías Digitales de la Educación creció más de diez veces para atender estudiantes y docentes y hemos realizado servicios de afinamiento de nuestras plataformas virtuales (Moodle y BlackBoard Collaborate)”, afirma Emma Barrios.

HOJA DE RUTA

La virtualización de los procesos no ha sido solo académica. También ha ocurrido lo mismo en la parte administrativa, a fin de garantizar la continuidad de un servicio educativo de calidad. Esto significa, más allá de adquirir tecnología, contar con una ruta y objetivos claros.





En la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), dicha visión los llevó a diseñar el “Plan de Implementación de la Enseñanza Remota de Emergencia como Tránsito hacia un Modelo de Aprendizaje en Línea de Calidad”. “Ello implicó, entre otras acciones, desarrollar un plan de formación docente en los aspectos tecno-pedagógicos para la enseñanza en línea, así como implementar y fortalecer estrategias como la tutoría, para garantizar el acompañamiento a nuestros estudiantes”, señala María Alejandra Torres Maldonado, jefa de la Oficina de Calidad Educativa de esta institución educativa.

Añade que, si bien usan tecnología que ya tenían, como Office 365 y Moodle, lo novedoso fue comenzar a utilizar Teams como medio para las clases sincrónicas. Estas plataformas permiten diferentes estrategias de colaboración para lograr que las sesiones de aprendizaje sean más participativas.

“La plataforma Moodle es sumamente flexible. Gracias a extensiones, módulos y temas, puedes crear un entorno de aprendizaje a tu medida. Permite organizar actividades clase, colgar recursos y materiales educativos, realizar cuestionarios, implementar foros de discusión, hacer avisos y generar y compartir notas evaluativas”, destaca María Alejandra Torres.





IMPULSO PARA ACTUALIZARSE

Nadia Rodríguez, directora de la Carrera de Sistemas de la Universidad de Lima, subraya que la virtualidad no solo ha permitido que los alumnos no se atrasen, sino también que quienes aún no manejaban competencias digitales se actualicen hasta el punto de desenvolverse adecuadamente en las plataformas digitales de la educación en línea.

Sin embargo, también hay procesos que se han perdido. “Si bien la vida académica ha podido continuar gracias a la tecnología, se echa de menos la interacción social que se promueve en las clases presenciales. Tenemos alumnos que ingresaron a la universidad en marzo del 2020 y aún no han podido conocer en persona nuestro campus ni a sus compañeros, como también estudiantes que egresaron en este periodo y no se ha podido despedir de su alma mater”, afirma.

Agrega que los impactos más resaltantes en su universidad son: mayor agilidad en los procesos; uso de herramientas tecnológicas para la organización y planificación del trabajo; mayor digitalización de documentos y sistematización de procesos; aumento en las atenciones de consejería para trabajadores y familiares; aumento en la oferta de talleres orientados al bienestar y salud mental dirigidos al personal, para aminorar la tensión coyuntural; e incremento de protocolos y controles para quienes fueron retornando a la presencialidad.

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