La responsabilidad social evoluciona y surgen nuevos enfoques. Hoy, las empresas han pasado de tener una perspectiva filantrópica a una que conduzca a la sostenibilidad del proyecto.
En ese sentido, se ha abierto un nuevo camino, que se caracteriza por involucrar diversos aspectos: social, ambiental y empresarial. Así, se pone especial atención a la implementación de proyectos que beneficien a las personas y que, a su vez, estén alineados con los objetivos de negocio de las empresas.
“El gran desafío es cómo enlazar la gestión de responsabilidad empresarial al core business (giro del negocio), cómo rentabilizar, brindar ideas innovadoras para solucionar problemas y cerrar brechas nacionales, y cómo lograr un verdadero impacto”, afirma Adriana Quirós, directora de Conocimiento para la Acción de Perú 2021.
Otro nuevo concepto que surge hoy es el de responsabilidad ciudadana. El reconocido economista italiano Stefano Zamagni, de la Universidad de John Hopkins, afirma que las empresas deben ser agentes de transformación hacia el bien común.
Él habla de empresas civilmente responsables, que comparten un bien común. A partir de esta base, empresa, comunidad y Estado llevan a cabo una labor de interés compartido, lo que significa una mirada diferente a cuando se habla de un bien privado o público.
Zamagni propone recuperar el concepto del bien común entre los ciudadanos, que va de la mano con el tema de responsabilidad social, pues para él las organizaciones no solo deben tener fines lucrativos, sino también inclusivos.
POR UN FINCOMÚN
En nuestro país, algunas empresas vienen asumiendo este nuevo enfoque. Un ejemplo de ello es la labor que viene realizando Tetra Pak Perú al lado de 18 municipalidades de Lima. Esta compañía brinda charlas de sensibilización ambiental, a fin de promover el reciclaje de los envases después e haberlos consumido, y ha implementado tres plantas de segregación municipal en la capital. Dichas actividades también se realizan en cuatro provincias del país (Arequipa, Chimbote, Ica y Huánuco).
“Nuestro enfoque de responsabilidad social es la sostenibilidad. Nos guiamos por nuestros objetivos medioambientales a largo plazo, incluido el de mantener las emisiones de dióxido de carbono a los niveles del 2010”, manifiesta Klaus Pengle, gerente general de Tetra Pak Perú .
Agrega que los objetivos ambientales que manejan para el 2020 se centran en el desarrollo de productos sostenibles, la reducción de la huella ambiental en toda la cadena de valor y el aumento del reciclaje.
Por otro lado, PepsiCo lleva a cabo un proyecto que es ejecutado por CARE Perú y busca favorecer a comunidades rurales con servicios de agua y saneamiento. “Se trabaja en estrecha colaboración con el Gobierno nacional y tiene como objetivo diseñar e implementar soluciones que integren una infraestructura adaptada y de bajo costo con un modelo de intervención concebido para garantizar su sustentabilidad”, expresa Héctor Gallegos, gerente general de *PepsiCo Perú*.
Con este proyecto buscan impactar positivamente en la costa, sierra y selva. Por el momento, vienen realizando el trabajo en la costa (Piura).
MÁSCASOS
El Grupo Palmas, empresa dedicada a cultivar e industrializar la palma aceitera en la Amazonía peruana,también mantiene un importante compromiso con la eficiencia energética y la sostenibilidad ambiental. En ese sentido, ha implementado una planta de generación eléctrica que utiliza el biogás generado por el tratamiento de las aguas residuales provenientes de sus plantas de producción industriales (donde se fabrican aceites, mantecas y derivados).
La energía conseguida es destinada al Complejo Industrial de Palmawasi (Tocache, San Martín).
Por su parte, la empresa Toyota también viene aplicando un programa de cuidado ambiental. Por medio de este, los residuos generados durante el mantenimiento de los vehículos son separados, según su composición.
“Los residuos aprovechables se almacenan en contenedores especiales y se transfieren a empresas que los transforman para generar nuevos productos. Este proceso disminuye considerablemente la cantidad de residuos que de otra forma terminarían en rellenos sanitarios”, indica Christian Contreras, representante de Toyota del Perú .
También se reciclan autopartes y por ello se obtiene un valor en el mercado industrial. El valor generado en estos residuos se destina a proyectos de responsabilidad social que ayuden a mejorar el medio ambiente.
Como se ve las compañías no solo donan dinero, sino que ahora, sobre todo, se preocupan por diseñar programas sostenibles, que otorguen un efecto de largo plazo a la sociedad y al medio ambiente.
APRENDAMOSJUNTOS
► Los programas de educación en zonas de escasos recursos son muy prolíficos hoy en día. La Fundación Custer, por ejemplo, viene aplicando, hace 18 años, el programa Aprendamos Juntos, que busca ayudar a niños con problemas de aprendizaje. Actualmente se trabaja en 13 escuelas y consiste en ir a los colegios e identificar a escolares –de inicial, primero y segundo de primaria– que presenten dificultades de aprendizaje.
► Una vez seleccionados, se les brinda intervención especializada con psicólogos durante dos años. Para financiar el programa, se necesita ayuda de empresas comprometidas con la educación del país, quienes colaboran de diferentes maneras. Para mayor información, escribir a donaciones@ aprendamosjuntos.org o comunicarse directamente al teléfono 243-2233.
TECNOLOGÍA Y NUTRICIÓN
► IBM apuesta por el desarrollo social en aplicación con la tecnología. Sus proyectos de RSE se dividen en cuatro categorías: Impact Grants (Ayudan a organizaciones sin fines de lucro a profesionalizar sus estrategias y mejorar la gestión de sus recursos); Voluntariado; Educación (Promociona la plataforma Teachers TryScience, para alumnos y docentes, con más de 60 lecciones) y Smarter Cities Challengue (Los colaboradores pueden trabajar en diferentes ciudades para enfrentar los problemas de cada lugar).
► Lavaggi, por su parte, colabora con la Federación Peruana de Fútbol (FPF) en el Plan Centenario 2022, que busca encontrar y desarrollar talentos en jóvenes de provincias, a fin de que representen al fútbol nacional en las categorías sub 15 y sub 17. Como parte de este plan, se realizará la Copa Federación Regional Lavaggi, que espera congregar a más de 14.000 deportistas. Después se elegirá a los cuatro mejores jugadores de la copa y serán reconocidos con la Beca Lavaggi. Dicho incentivo incluye un aporte económico mensual, fideos fortalecidos y asesoría nutricional.