“En el Perú, este empoderamiento aún está en curso”

Empoderar es un proceso mediante el que se adquiere poder (capacidad de control). En lo concerniente al empoderamiento de las mujeres, este se ha fomentado a través de la promoción económica, pero ello resulta insuficiente para lograr igualdad social y empresarial.

En el Perú, este empoderamiento aún está en curso. Según cifras del INEI del 2018, las mujeres perciben alrededor del 70.5% del ingreso masculino; 39.3% son asalariadas frente al 52.0% de hombres, y 76.1% son informales, cifra que desciende a 69.8% en los varones. Asimismo, su presencia en cargos de alta dirección se encuentra muy por debajo que la de sus pares masculinos.

Aunque el Estado, a través de la Política Nacional de Igualdad de Género, promueve buenas prácticas laborales, se necesita más. Ya existen diagnósticos sobre la problemática de la desigualdad laboral, pero hacen falta propuestas de solución para un empoderamiento integral.

Más que imponer cuotas de género en una oficina o en determinadas posiciones, se tienen que transparentar aún más los procesos de control de los departamentos de recursos humanos, donde se evidencien políticas de contratación, capacitación, líneas de carrera y sueldos, por citar algunos ejemplos, que sean iguales para hombres y mujeres.

El empoderamiento integral busca cambiar estructuras y relaciones de poder que limitan que las mujeres accedan a los beneficios del desarrollo y que ejerzan una ciudadanía digna. Empoderar no se trataría solo de lograr inclusión en el ámbito laboral o en los espacios públicos, sino también de facilitar a las mujeres nuevas formas de concebirse a sí mismas y de replantear su papel en los espacios donde se desenvuelven.