La PUCP y UNMSM cuentan con programas sobre estudios de género desde un enfoque multidiciplinario.
¿Cómo lograr la igualdad de derechos para mujeres y hombres? Algunas universidades se plantearon esta pregunta hace varios años y apostaron por la creación de una maestría de género. Ellas están seguras que con la formación de profesionales capacitados en este campo se podrá implementar un nuevo enfoque en campos tan distintos como la medicina, la geografía, la economía, el derecho y la educación. Así empieza el cambio.
REALIDAD SOCIAL
Las maestrías sobre género poseen un carácter multidisciplinario y exigen una labor continua, según Fanni Muñoz, directora de la Maestría de Estudios de Género de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). “Es un agente clave para generar nuevos conocimientos que nos permitan comprender mejor la realidad social, a partir de las relaciones entre hombres y mujeres. Su impacto ha sido mayor en los últimos cinco años”.
La experta añade que los estudios de género empezaron a trabajarse con más fuerza en las academias y las instituciones públicas durante la década de 1990. Actualmente, su tratamiento está más ligado al ámbito penal y se ha extendido en otros espacios más allá de lo académico. Si bien el Estado tiene un plan nacional para garantizar la igualdad de géneros, su ejecución implica un mayor desarrollo de capacidades en los profesionales.
María Emma Mannarelli, coordinadora de la Maestría de Género de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), comenta que el programa se basa en las discusiones multidisciplinarias sobre las teorías clásicas de género y el análisis histórico para entender las formas actuales de subordinación de género. También se analizan las políticas públicas y los diversos procesos vinculados al Estado.
Las maestrías cuentan con profesionales nacionales e internacionales que han realizado investigaciones desde distintos campos, según Muñoz. A través de sus estudios, se pueden determinar las desigualdades más críticas entre hombres y mujeres. “Esta concepción ha sido hegemónica en la cultura occidental. Identificamos las demandas actuales y las condiciones necesarias para logra la igualdad entre ambos lados. El enfoque es integral”.
APORTES PARA EL CAMBIO
El cambio en los participantes se genera en los ámbitos profesional y personal, según Muñoz. La maestría permite realizar investigaciones sobre la realidad peruana desde el punto de vista de las relaciones entre hombres y mujeres. “El egresado mejora su modo de comportarse y de gestionar sus relaciones con otras personas. Buscamos que tengan las herramientas para que puedan posicionar la perspectiva de género en sus trabajos”.
El diálogo y el intercambio de conocimientos son parte inherente de la maestría. Al respecto, Mannarelli explica que los participantes leen diversos textos sobre teoría de género y luego discuten sobre ellos. “Todos los profesionales aportan al debate desde su campo de trabajo y su experiencia laboral. Los estudios de género se caracterizan por tomar las conclusiones interpretativas de cada sector”.
En las escuelas, los docentes reciben nuevos enfoques para elaborar estrategias y talleres más efectivos, ya que tienen conceptos más claros. Muñoz agrega que las zonas rurales también reciben muchos beneficios, ya que los funcionarios pueden desarrollar proyectos que beneficien a mayor parte de la población, ya que consideran nuevos aspectos e indicadores de género para conocer a fondo las necesidades de la gente.
Otro aporte importante es que los egresados suelen regresar, tarde o temprano, a sus departamentos, facultades o escuelas de formación para ejercer como docentes. En esa etapa, Mannarelli resalta que estos profesionales implementan espacios en la malla curricular de sus carreras para el eventual desarrollo de futuras maestrías enfocadas en este tema. “Los egresados innovan en sílabo, malla curricular y actividades académicas”.
MARCHA #NI UNA MENOS Y SU IMPACTO
► Debate. A partir de estos espacios se contribuye a la discusión en el aula. La manera en que las reivindicaciones de las personas subordinadas por su condición sexual son particularmente puestas en debate, despiertan mucha resistencia entre los grupos que han mantenido privilegio, afirma María Emma Mannarelli, coordinadora de la Maestría de Género de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM)
► Era una demanda. Lo importante es que la marcha posiciona un espacio público virtual y responde a una demanda en la sociedad peruana. Las mujeres ya pueden hablar de algo que siempre estuvo en su vida privada. Los estudios de género han permitido develar dónde estaba la violencia de género y que las mujeres puedan hablar, dice Fanni Muñoz Cabrejo, directora de la Maestría de Estudios de Género de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
REFLEXIONES
► Más programas. María Emma Mannarelli, coordinadora de la Maestría de Género de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). La escasa oferta en maestrías de género es parte de la resistencia y enfrentarse a voces contrarias. Por eso, abrir especialidades donde se discuta teórica y políticamente la desigualdad de género va en cuestión de muchas formas de vida y trato.
► Ejemplos. Fanni Muñoz Cabrejo, directora de la Maestría de Estudios de Género de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). En Colombia se han implementado los estudios de género en todo su sistema educativo. Chile ha remontado en el ámbito pedagógico. En Argentina está presente en Rosario y Córdoba. Brasil es un referente.