Una alimentación balanceada ayuda al niño a tener más energía para aprender y seguir con su rutina diaria.
Brindar al niño una adecuada combinación de nutrientes no solo permite evitar la anemia, la desnutrición o obesidad infantil, sino también a que se mantenga atento y activo durante el día. Por eso, el papel de la lonchera, es fundamental para complementar el objetivo físico y mental durante las horas de clase.
Pero,¿qué debe contener una lonchera? La nutricionista Ana María Bugosen explica que hay cuatro componentes que necesitamos tener presentes:
Los alimentos energéticos: Contienen carbohidratos y grasas. Podemos encontrarlos en el pan, avena, choclo, quinua, cereales, semillas y frutos secos.
Los alimentos formadores: Aquellos que brindan las proteínas necesarias para el crecimiento, por ejemplo los huevos, lácteos (leche de preferencia descremada, queso y yogurt), cárnicos (pollo, pavita, carne, pescado, atún, siempre bien cocidos, sin grasa visible o piel, según el caso, e idealmente acompañados con verduras).