Consejos para elegir tu carrera
Más de 1.000 carreras universitarias y técnicas se ofertan en el país, según cifras del Ministerio de Educación.
¿Estás en el último año de colegio y no sabes qué carrera estudiar y tus padres se están desesperando y quieren elegir por ti? Presta atención a los consejos que dan los especialistas y empieza a tomar tus propias decisiones, visita todos los centros de estudios, asiste a charlas, conversa con tus padres, maestros y profesionales de diversos campos para que te orienten. Si pese a todo te equivocas en la elección, tampoco es el fin del mundo. Muchas personas cambian de carrera, reorientan sus intereses o estudian posteriormente alguna especialización.
Antes de elegir una carrera, lo primero que debes preguntarte es cómo y dónde te ves en el futuro. Esto te ayudará a desestimar carreras. “Pregúntate si te gusta leer, trabajar en equipo, si prefieres hacer actividades de campo, si te ves en una oficina o trabajando en exteriores. En base a esto perfilarás un poco más tu elección”, asegura Mónica Cárdenas, profesora de pregrado y psicóloga del área de Bienestar Estudiantil de ESAN.
El segundo paso es identificar tus capacidades. Esto exige principalmente honestidad, porque no es lógico querer ser chef si nunca entraste a la cocina o buscas un título de ingeniero cuando eres pésimo en números. Un psicólogo te puede ayudar a reconocer tus fortalezas, debilidades, aptitudes verbales, numéricas, espaciales mecánicas, artísticas, musicales, sociales y científicas. Si crees no tener alguna, puede orientarte en su desarrollo.
1. TRABAJA EN LO QUE AMAS
Otro factor a considerar son tus intereses o preferencias que están ligados a la motivación. Jano Ramos Díaz, psicólogo investigador de la Universidad de Ciencias y Humanidades (UCH), sostiene que si eliges una carrera que no te motiva posiblemente tendrás una baja producción laboral, mayores niveles de estrés y ansiedad, así como también un bajo nivel de satisfacción laboral.
“A veces observamos el caso de estudiantes que eligen una carrera por presión de los padres o “para probar” y cuando inician sus estudios, donde las exigencias académicas son mayores, terminan con bajas notas, cambios de carrera repentinos, ausentismo, etc. Si hay pasión en lo que se hace, el concepto de trabajo y la actitud hacia este cambia de manera positiva y significativa”, precisa Ramos.
Esta es la otra gran cuestión. La mayoría de padres quiere que sus hijos cuenten con un título universitario porque consideran que es una mejor herramienta para insertarse en el mercado laboral. Sin embargo, no todos nacemos para la universidad. A veces los chicos optan por una carrera universitaria y se frustran porque no rinden. Algo que deben tener en cuenta, sobre todo los padres, es que hay otros caminos.
Por ejemplo, si tienes habilidades manuales o técnicas lo mejor será apuntar a programas menos teóricos. Incluso puedes optar por una carrera técnica y después de tres años convalidar cursos y obtener un título universitario. Institutos como ADEX, IPAE o Cibertec tienen convenios con universidades. Ejemplos hay muchos.
3. INVERSIÓN
Con un mapa más claro sobre la carrera que quieres seguir, toca que tus padres decidan si pueden o no realizar una inversión como esta, si les alcanza para una institución privada o una estatal y si es posible solventar estudios cortos u otros que duren de cinco años a más.
Si tus padres no cuentan con recursos económicos, te comentamos que los centros de educación superior ofrecen categorías de pago (que varían según los ingresos familiares), planes becarios y también préstamos. Otra opción sería que trabajes, ahorres y luego postules.
Esta última puede resultar una oportunidad, porque además de tener más tiempo para evaluar tu vocación, podrás conocer el mundo laboral, adquirir experiencia y hasta reforzar lo aprendido en la escuela: “Es bueno prepararse en una academia o estudiar por su cuenta. A veces los jóvenes ingresan con un nivel bajo, jalan los primeros cursos, se deprimen y terminan abandonando los estudios”, finaliza Ramos.