Educación universitaria: ¿cuál es la percepción de los jóvenes?

“Asegura un estándar de calidad”

Pablo Ramos

Egresado de la carrera de Administración de la Universidad del Pacífico. Staff Consulting en EY, Director General en Baika y CEO en Bicifix.

“Creo que estudiar en una universidad aprobada por Sunedu es indispensable, ya que asegura un estándar mínimo de calidad en la enseñanza. Por otro lado, es clave para el desarrollo profesional de los estudiantes, pues les abre las puertas a realizar estudios de posgrado en universidades de todo el mundo.

En general, mi paso por la universidad ha sido una experiencia de alta exigencia que me enseñó a organizarme y dar siempre lo máximo de mí para lograr mis objetivos. Que la Universidad del Pacífico tenga la reputación de ser muy exigente, más que un problema, fue para mí un reto que me emocionó aceptar. Además, me permitió conocer a profesores con mucha experiencia y compañeros estudiantes que serán amistades para toda la vida. Amigos que, al igual que yo, tienen grandes sueños de construir un mejor país”.

“Aprendí de los mejores profesores”

Madai Urteaga

Graduada de la especialidad de Ciencias Políticas de la PUCP.

“El hecho de que una universidad tenga la aprobación de Sunedu garantiza que cumple con estándares mínimos de calidad. Es una señal de calidad en el mercado universitario. Definitivamente, lo mejor de mi etapa universitaria fue tomar clases con profesores excelentes que supieron guiar y promover mi desarrollo académico. Aprendí de los mejores profesores de ciencias sociales.

Los dos primeros años generales de Letras permiten explorar diferentes cursos antes de seguir una especialización y esa es una gran ventaja, porque tienes la oportunidad de aprender temas muy diversos antes de seguir la carrera en sí misma”.

“Reta más a los alumnos”

Renato Rivero

Graduado de la carrera de Ingeniería Industrial de la Universidad de Lima. Market Planning Manager de P&G

“Después de mi primer año, viví el proceso en el que la universidad buscaba la acreditación y sentí cambios sutiles, pero importantes. Por ejemplo, las clases se sentían más estructuradas y las evaluaciones se volvieron más rigurosas. Definitivamente, reta más a los alumnos a entregar lo mejor de uno.

Aparte de lo académico, lo mejor de esta etapa para mí son los amigos que hice. Estaré siempre agradecido por la enseñanza que me dio la universidad, por aprender no solo de la parte teórica, sino también de las habilidades blandas y de cada uno de mis profesores.

Cuando empecé, no tenía herramientas para liderar un grupo de trabajo y ahora que observo en retrospectiva, me doy cuenta de que las he adquirido ahí.

Lo último que puedo resaltar es que la universidad se esfuerza por construir un ambiente muy cómodo. Se renueva constantemente a nivel de infraestructura, lo cual permite tener una vida universitaria satisfactoria”.