Las falsas informaciones siempre han existido y hoy, son construidas por cualquier ciudadano que tenga acceso a producir información.
Por tercer año consecutivo, la Fundación Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership y Canvas Estrategias Sostenibles, junto con la colaboración de la Asociación de Directivos de Comunicación, Dircom, en España publicó hace poco el Informe de Tendencias en Reputación y Gestión de Intangibles 2018. Lo que llama mucho la atención de este informe, una investigación realizada a más de 250 fuentes nacionales e internacionales, es el crecimiento de noticias falsas o más conocidas como “fake news” en más del 300%, construidas y difundidas principalmente por redes sociales y, cómo éstas, afectan directamente la reputación de las organizaciones.
Las noticias falsas siempre han existido, creadas en décadas pasadas, en muchos casos hasta por las mismas organizaciones para validar sus productos y hoy construidas por cualquier ciudadano que tenga acceso a producir información, están ocasionando que cada vez nos sea más difícil distinguir entre información verdadera, precisa, completa, rumor y/o mentira. Y esto está originando una corriente de desinformación altamente peligrosa para lograr la ansiada confianza en las instituciones, públicas o privadas, como los gobiernos, las empresas, los medios de comunicación, los líderes o cualquier actor social que puedan estar haciendo un bien real a la sociedad.
¿Cuál es el reto que tienen las organizaciones y sus directivos frente a este bombardeo de información peligrosamente manipulador? ¿Cómo quieren ser reconocidas las instituciones en este mar de confusiones informativas?
Creemos que básicamente cuando aceptan que están navegando un mercado que les exige transparencia para poder confiar en ellas. Mostrando evidencias comprobables de manera constante y permanente de sus quehaceres positivos que contribuyen al desarrollo y crecimiento de la sociedad, pero no sólo desde el discurso persuasivo, sino desde el relato abierto y honesto de quien tiene toda la intención de informar con la verdad. Porque los mueve básicamente el interés de que cada uno de los públicos a los que se dirige, los reconoce y valida como un legítimo otro que merece saber la verdad.
Las organizaciones deben saber que su reputación está en juego y que estar atentos a lo que se dice de ellos es una tarea diaria. Que la información es conocimiento y que, además, los públicos merecen y demandan más que estar informados, que se establezcan relaciones bidireccionales, cercanas y de trato directo y para ello se requiere de directores de comunicación que constantemente la promuevan. Si una organización no da información a sus públicos, otros lo harán en su lugar y ese es un riesgo que no se puede correr en los tiempos de las fakenews. La única forma de salir de este círculo vicioso es seguir generando información relevante. Un error grave sería no hacerlo. Nadie se escapa de esta tarea.
✎ Claudia Guillén , Directora de la carrera de Comunicación e Imagen Empresarial de la UPC.