Especialistas nos dan claves para terminar una tesis

Aunque el proceso mismo de la elaboración de la tesis debería ser garantía de dominio del tema, sí es aconsejable prepararse para calmar los nervios. Así lo considera el doctor Felipe Villavicencio, director del posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad San Martín de Porres.

Además, el candidato debe tener en cuenta que el jurado suele estar conformado por expertos, tanto en el tema de fondo, el técnico, como en lo metodológico. “El objetivo debe ser una exposición clara, en la que el tiempo disponible baste para plantear el problema, la hipótesis y las conclusiones. Como los profesores ya han leído el trabajo, podrán ubicarse rápidamente”, señala.

CON SEGURIDAD

El estudiante debería apoyarse en el hecho de que antes de llegar a la sustentación, su trabajo ha pasado por una serie de evaluaciones y filtros previos, primero con el asesor y luego con los evaluadores, y que estas instancias le han permitido ir puliéndolo, por lo que no deberían surgir mayores problemas. No obstante, Villavicencio explica que el éxito en los ajustes depende también del tipo de alumno, de su formación y de los recursos e insumos de los que pueda disponer.

Por su parte, Patricia Medina Zuta, coordinadora de la Maestría en Docencia Universitaria de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), refiere que son fundamentalmente dos las dimensiones a las que los miembros de un jurado prestan atención: la utilidad del aporte para quien quiera continuar desarrollando esa misma línea de estudio y la ética aplicada en el proceso de elaboración del mismo, de modo que el candidato pueda demostrar la autoría de los planteamientos. “Si es una tesis de aplicación, se busca que la propuesta tenga un sustento teórico y antecedentes previos, y a nivel metodológico, el objetivo es confirmar que la persona ha podido profundizar en sus conocimientos, y sobre todo si es una investigación cualitativa, evaluar si maneja los procedimientos científicos en cuanto a definir una muestra, una unidad de análisis, a aplicar una técnica o determinados instrumentos, a fin de constatar si hay un rigor, una cuestión sólida, en el proceso”, explica.

En cuanto a los sustentos técnicos, la especialista recalca que si bien hay jurados dogmáticos, el alumno debe tener presente que una teoría puede tener distintas perspectivas y que de lo que se trata es que demuestre el dominio de su perspectiva teórica, a partir del reconocimiento de la amplitud de su marco teórico. “No se trata de asumir la postura del otro –aclara–, sino de defender los propios planteamientos, con argumentos y fundamentos claros y solventes”. Finalmente, se trata de constatar la confiabilidad del resultado y su suficiencia para sostener la tesis.

DEBEMOS TENER EN CUENTA

1.- LA ASESORÍA

► El asesor, sin duda, es significativo para el proceso, no solamente en términos teóricos y metodológicos, sino también emocionales. También ayuda ponerse en la perspectiva de los diferentes jurados y sus posibles preguntas.

2.- LA TECNOLOGÍA COMO ALIADA

► Aunque la herramienta que más se utiliza en las exposiciones es el Power Point, Patricia Medina, de la UARM, recomienda echar mano a Prezi y CMap Tools, dos recursos que permiten mostrar mapas conceptuales y establecer vínculos con otros enlaces.

3.- CUIDADO CON EL PLAGIO

►“Hay que saber cómo relacionar los conocimientos, estructurarlos y almacenarlos, para evitar los mareos y la caída en los errores propios de los plagiadores: copiar y pegar”, enfatiza Daniel Guevara, director la Oficina de Orientación y Dirección del Estudiante (ODE) de Centrum Católica.

DOS PROFESIONALES NOS CUENTAN SU TESTIMONIO

Nilda Zabaleta Montoya, actualmente es magíster en Administración de Empresas de por la universidad ESAN. Ella, que fue formada inicialmente como comunicadora, temía que alguno de los miembros del jurado, quizás experto en finanzas, le atacará con preguntas sobre las fórmulas usadas en el proceso de completar su “Propuesta de gobierno corporativo de las cooperativas de ahorro y crédito del Perú”. Sin embargo, el alma le volvió al cuerpo cuando le dijo que lo fundamental no era que pudiera exponer las cualidades de una herramienta, sino que tuviera la habilidad de transmitir con contundencia la validez y pertinencia, así como la eventual utilidad de mi planteamiento.

Para cumplir con ese objetivo, ella nos cuenta que le resultó de gran ayuda los cursos de Pensamiento Crítico y de Presentaciones Efectivas que forman parte de la currícula que siguió y en los que le enseñaron a desarrollar la lógica de las cosas, a buscar más allá de lo aparente en una situación determinada”.

Ramón Herrera Salazar es máster en Literatura Hispanoamericana por la PUCP, él nos cuenta que: “Practicaba la exposición continuamente. Llegaba del trabajo y ensayaba una y otra vez, como si fuese un actor. Expuse ante mi esposa, ante mi hijo Sebastián, ante mi gata.

Consciente de que apenas contaba con 20 a 25 minutos para sustentar mi trabajo “La importancia del valor, del coraje, en la narrativa de Roberto Bolaño”, busqué, a través del ejercicio constante, una ruta e hitos que me pautearan el camino, de modo que si tenía una digresión, pudiera retomar el rumbo con seguridad.

Me aportó confianza conocer la línea de pensamiento y de trabajo de dos de los tres miembros del jurado, y si bien los cuestionamientos y observaciones que hicieron a mi versión escrita me generaron ansiedad, fue este hecho lo que me permitió vivir un intercambio de ideas más que una exposición”