Mejora los resultados académicos y la conducta del estudiante, según el estudio 2016 del Instituto de Integración.
Partamos por el error. “Se suele escuchar que los padres educan y los profesores enseñan. Aunque esto a veces es motivo de debate”, comenta la psicóloga clínica Karla Rodriguez. Su enfoque es el ejemplo idóneo para ilustrar cómo se malentienden los roles de padres y maestros. Para la mayoría de papás, su principal preocupación es que el colegio les enseñe valores a sus hijos. Por su parte, la escuela puede que los deje de lado para enfocarse en la enseñanza de conocimientos duros.
De algún modo, los padres exigen que los profesores despojen a sus hijos de todos los antivalores que traen consigo, olvidándose que los valores se forman en casa y solo se refuerzan en el colegio. De acuerdo a un estudio de 2016 del Instituto Integración, los especialistas sugieren que es básico aclararles esta situación a los padres. En contraposición, proponen una participación efectiva, que se logra cuando los padres y maestros comprenden cómo se complementan mejor sus roles.
¿CÓMO PARTICIPAR?
Para alejar a los padres de esa insatisfacción y preocupación con la capacidad de los profesores de sus hijos, el nivel académico del colegio, la enseñanza de valores pero no saben cómo influir en mejorarlo, el Instituto Integración sugiere un replanteamiento en la participación. Eso implica crear una serie de estrategias o programas que refuercen positivamente el triunvirato padres, maestros y alumnos.
Rodriguez comenta el ejemplo de la educación en Finlandia, donde los niños van al colegio a los seis años y son los padres quienes les enseñan a leer. Todos los fines de semana las bibliotecas están abarrotadas de familias que aprovechan los espacios al máximo. “Esto hace que el vínculo sea mejor y el aprendizaje también. El mejor predictor del aprendizaje es el buen vínculo, así que niños educados por sus padres tienen una base maravillosa”, enfatiza.
Las actividades de mayor impacto que los especialistas sugieren implementar están relacionadas a las altas expectativas con las habilidades del hijo para obtener buenos resultados, así como la demostración de apoyo, amor y disciplina en el hogar, porque eso les da confianza y los hace accesibles. Una mayor comunicación con el niño será altamente positiva, y complementará las actividades del colegio.