Martes, 31 de enero del 2017 EXPERIENCIA ÚNICA

La adrenalina de participar en una competencia de marinera

Treinta delegaciones de Estados Unidos, Europa y Asia participaron en la noche de reinas y el Concurso de Marinera.

La adrenalina de participar en una competencia de marinera
Doce horas duró la gran final del 57º Concurso Nacional 2017 que se realizó en el Coliseo Gran Chimú.

Los participantes del 57º Concurso Nacional y 7º Concurso Mundial de Marinera 2017 vivieron la adrenalina al límite. La experiencia previa, las intensas horas de práctica y la pasión por triunfar se resumieron en apenas algunos minutos que parecían eternos. El público vibró en cada jornada, las barras desbordaron su entusiasmo, la música llenó de algarabía el Coliseo Gran Chimú y la marinera se dibujó en emocionantes pasos y movimientos del cuerpo.

EXPERIENCIAS ÚNICAS

El Coliseo Gran Chimú es el recinto más imponente de Trujillo, donde el calor de las barras y la prensa elevan la majestuosidad de la marinera, expresada en los concursantes. De ello, puede dar fe Gisela Gonzales, que cuenta con más de 18 años de experiencia y es tricampeona mundial. “Bailar en este espacio es una experiencia única. Siempre invito a mis estudiantes para que asistan y sientan la adrenalina. Es distinta de cualquier otro concurso”.

Erick “Pepón” Quiroz, participante de la escuela Todas las Sangres y campeón nacional, rescata la experiencia que cada año se vive en el certamen. “Es espectacular por el calor y las vibras del público, así como el infaltable apoyo de las barras”, dice. Agrega que, si bien los participantes pueden poner toda su energía en el baile, el concurso no sería lo mismo sin el apoyo de la gente. “Estar en la pista de baile y sentir la euforia es increible: no lo encuestras en otro lado”.



DÍAS DE FIESTA

Las eliminatorias para todas las categorías se realizaron en dos grupos: trujillanos y participantes provenientes de Lima y de otras partes del país. Uno de los aspectos que Gonzales más destaca es el desempeño de los más pequeños. “Hace cinco a diez años, los niños de 4 o 5 años no tenían mucha técnica. Ahora hay niños de 3 años con un desempeño admirable, que refleja el entrenamiento recibido desde esa edad”.

Aunque en cada etapa hay un ganador, Quiroz asegura que todos los participantes ya lo son porque demuestran su amor por este baile. Considera que la principal finalidad del evento no es ganar, sino que los concursantes disfruten de la experiencia de formar parte de este certamen con bailarines de todo el Perú y el mundo.

Jose Félix de la Puente Grijalba, vicepresidente del Club Libertad, reafirma que las parejas se preparan durante todo el año y afinan su baile en los selectivos, pequeños concursos que se realizan en cerca de 40 ciudades del Perú. “Los campeones participan directamente en las rondas finales, sin pasar por las eliminatorias. Si bien las parejas entrenan todo el año, entre noviembre y diciembre pueden llegar a ensayar de seis a siete horas diarias”. ¡Todo sea por nuestra bendita marinera!

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