En esta entrevista, la presidenta de Concytec nos cuenta sobre los retos de nuestro sistema educativo universitario.
La consejera del CNE y presidenta del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec) insiste en la necesidad de apostar por la calidad educativa y generar desarrollo basado en conocimiento.
¿Cuánto hemos avanzado en calidad de la formación profesional?
Creo que es positivo lo logrado hasta el momento: una ley universitaria más exigente que la anterior; el trabajo de la Sunedu, que da fe pública de los estándares mínimos adecuados para la educación superior, y la labor del Sineace, que asegura la calidad de las universidades ya licenciadas. Tanto la ley como estas dos instituciones son perfectibles, pero permiten que más peruanos estemos informados sobre lo que necesita mínimamente una universidad para formar a un profesional.
¿El número de universidades estaría afectando el mercado profesional?
El desorden existente en el sistema de educación superior ha sido tergiversado de tal manera que la proliferación de universidades ha superado por mucho la creación de institutos superiores. Esta demanda por estudios universitarios como parte de la aspiración natural de todo padre de familia ,y guiado por la percepción de que un egresado universitario tendrá un mejor salario que alguien con formación técnica, ha alterado una conformación adecuada: institutos técnicos en todos los sectores productivos que necesitamos y universidades allí donde sea necesario un conocimiento para la investigación. Nuestra apuesta tiene que ser por la calidad.
¿Cómo los profesionales especializados deben impulsar el desarrollo del país? En el Perú está vigente el “Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2006 – 2021” para el desarrollo productivo que se requiere en cada sector. Pero no es posible producir conocimiento, ya sea aplicado o de innovación tecnológica, sin el personal calificado. Es el grupo humano, que va desde el investigador senior hasta los técnicos de laboratorios, los que conforman el ecosistema investigativo necesario para la producción de conocimiento en una universidad o instituto de investigación.
¿Cómo logramos convertir la producción de conocimiento en desarrollo?
Todos los países que hace 40 ó 50 años tenían un PBI per cápita similar al que tiene el Perú hoy tienen como constante el haber asociado la generación de conocimiento en universidades al aparato productivo. Si queremos ser líderes en cualquiera de los sectores productivos, tenemos que completar la cadena de valor. Para dar valor agregado a nuestra biodiversidad, a nuestros minerales y a cualquiera de nuestros recursos naturales, debemos conocerlos desde su intimidad, y para ello se requiere investigación e innovación. Los países que no conocen el sector productivo con el que trabajan, y que no innovan, están condenados a seguir siendo exportadores de materias primas.
¿Los programas de maestría se encuentran alineados con los actuales retos?
Creo que existe una mayor predilección por lo económico y administrativo, y no tanto en los programas relacionados al desarrollo sostenible. Desde las ciencias sociales hay programas que están midiendo el impacto del desarrollo, pero son pocas las especializaciones realmente vinculadas a cómo superar los retos globales en salud, nutrición, vivienda digna o el desarrollo de ciudades más eficientes energéticamente. Debemos poner mayor énfasis y recursos a las maestrías vinculadas a innovación, ciencia y tecnología.