En una maestría se establece una valiosa red de contactos que sirven como estrategia de permanencia en el campo laboral.
Actualizar, profundizar, complementar o crear conocimiento pueden ser los objetivos que persiguen y ofrecen, respectivamente, quienes optan por seguir una maestría y quienes las diseñan. Lo cierto es que, en todos los casos, y al margen de las mejoras laborales que eventualmente se generen para el posgraduado, la relación de la persona con el saber y con el trabajo ya no será la misma.
Ya sea que se opte por una maestría de profesionalización o de investigación, en el proceso mismo de obtenerla, el estudiante irá ampliando y/o profundizando su mirada: “Cada vez con más frecuencia, vemos personas que estudian maestrías en campos distintos al de su estudio de pregrado; personas que por su ejercicio profesional fueron yéndose a ramas distintas del saber.
Entonces, refuerzan sus conocimientos prácticos, teorizan sobre ellos y pueden sentirse parte de esta nueva profesión”, comenta el doctor Joseph Dager Alva, director de la Escuela de Posgrado de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM). “Por otro lado, desde un punto de vista más académico, una maestría nos pone en contacto con la investigación y con la posibilidad de generar conocimiento”, añade el experto.
CURSOS DE ACTUALIZACIÓN
El Dr. Eduardo Flores Juárez, de la Dirección General de Estudios de Posgrado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), explica: “En estos tiempos en que el conocimiento cambia rápidamente, al seguir una maestría, uno obtiene una formación que le va a permitir ir asimilando mejor los cambios, pues se pasa de ser un estudiante a ser un estudioso, alguien que está actualizándose constantemente”.
El académico señala, además, que la puesta en marcha de la meritocracia, por ejemplo, en el campo del magisterio, ha generado un aumento notable entre los ingresantes a las maestrías que la Decana de América ofrece en el marco de la Educación –3.036 entre los años 2013 y 2017–, fenómeno que también se ha presentado entre los profesionales del Derecho –2.237 en el mismo período–.
Al respecto, refiere que muchos siguen maestrías porque son un requisito para poder ascender o acceder a ciertos cargos, como el de catedrático o director, pues las condiciones básicas de calidad de la Ley Universitaria vigente exige a las casas de estudio una determinada cantidad de maestros y doctores. No obstante, precisa que convertirse en magister no implica solamente el haber adquirido ciertos conocimientos, sino también habilidades, destrezas y actitudes. “Las habilidades y destrezas se logran a través del trabajo en las asignaturas, y las actitudes implican una formación ética”, detalla, subrayando que estos rasgos perfilan a un profesional más competitivo.
LA IMPORTANCIA DE LA EXPERIENCIA
“Una maestría siempre va a sumar y representar un punto de quiebre si es llevada en una organización de prestigio y en el tiempo correcto”, opina, por su parte, Juan Lizárraga, director comercial de Manpower Group.
El experto subraya la conveniencia de contar con experiencia laboral de por lo menos cinco o seis años antes de volver a las aulas si se quiere tener una experiencia que resulte realmente trascendente y no una mera continuación del pregrado.
“La riqueza de la maestría es que allí no solo voy a ampliar mis conocimientos, sino que voy a generar nuevos, fruto del intercambio de experiencias con mis compañeros. El profesor se vuelve más un facilitador, un guía, pues propone casos para que los participantes expongan sus diferentes puntos de vista, a partir de sus diferentes vivencias. Yo recibo la experiencia de los demás y brindo también la mía”, reflexiona.
Finalmente, el directivo de Manpower subraya que la mayoría de maestrías está prestando especial importancia al desarrollo de las capacidades blandas, como las habilidades de comunicación, de integración a un equipo, de liderazgo y de resiliencia, entre otras. “Ellas permanecen para siempre, nadie las puede arrebatar ni van a ser obsoletas nunca”, concluye.
¿RESULTADO INMEDIATOS?
Si bien llevar una maestría hoy es necesaria para obtener un ascenso laboral, no es usual que este venga inmediatamente. “Para lograr una estadística más confiable respecto a las mejoras de las condiciones laborales que logra un magister, la muestra debe ser tomada luego de dos años de obtenido el posgrado ”, explica Juan Lizárraga, director comercial de Manpower Group.