Martes, 11 de julio del 2017 FORMACIÓN GENERAL

¿Por qué son necesarios los estudios generales en la universidad?

Según expertos, es importante pasar por esta etapa para luego llegar a los cursos de especialización con una formación integral.

¿Por qué son necesarios los estudios generales en la universidad?
El movimiento de Estudios Generales se gesta en el siglo 20, a comienzos de 1930, como una propuesta de reforma de las universidades estadounidenses y europeas.

Si bien muchos asumimos que la especialización es esencial para hacer verdaderos aportes al conocimiento, también se concluye que esta solo es posible sobre la base de una formación humanística e interdisciplinaria en los diversos aspectos del conocimiento contemporáneo. Por esto último, es que nace la importancia de los estudios generales (EEGG) en la vida académica. Se tratan de cursos básicos como lenguaje, literatura, matemáticas, filosofía, entre otros, que brindan las capacidades indispensables para la carrera o especialidad que elijas.

Por ello, existen universidades que toman en cuenta lo crucial del proceso de discernimiento y decisión al que se ven enfrentados los estudiantes al elegir la disciplina, ofreciéndoles un periodo dedicado a la formación integral basada en cursos de diversas ciencias.

LAS VENTAJAS DE LOS EEGG, SEGÚN EXPERTOS

✔El objetivo de un programa de estudios generales, explica Alonso Rabí, profesor asociado de la Universidad de Lima y doctor en literatura latinoamericana, “es preparar al estudiante para varias cosas, como lograr autonomía, afinar la disciplina académica y adquirir una serie de conocimientos sobre diversas áreas de ciencias y humanidades que le permitan perfilar una conciencia crítica”. Con ello se consigue que el alumno tenga una cultura general básica, sostiene el Eduardo Zapata, profesor universitario y doctor en Lingüística y Literatura.

✔ Otro punto a considerar, según Zapata, es que las universidades más leales a su naturaleza y que en su mayoría se dedican a la investigación, ofrecen cursos que pueden dotar a los alumnos de capacidades de abstracción fascinantes, pero que, para fines prácticos, no serán útiles para su vida profesional. “Debe haber un mix de cursos de cultura general y otros de especialización”, considera.

✔ Sobre la obsolescencia de los estudios generales, Rubí considera que es un pragmatismo mal entendido, ¿qué significa esto? “Terminar más rápido una carrera y satisfacer a mayor velocidad la demanda de profesionales no tiene relación directa alguna con la calidad de esos profesionales. Si así fuera, los estudios generales ya habrían desaparecido por completo”, sentencia. Es decir, el profesor considera que no es una pérdida de tiempo realizar estos estudios porque el alumno puede ampliar sus horizontes y cultura en general.

Eduardo Arroyo, sociólogo y catedrático, considera que a favor del negocio de la educación superior, se está privilegiando un pragmatismo de la hiperespecialización académica, que hace que los alumnos se conviertan en expertos en algún asunto, pero que desconocen el contexto social en el que van a desenvolverse.

De aquí se desprende la importancia gravitante de que los estudiantes salgan de los límites de sus propias disciplinas para aprender de las vecinas y, de esta manera, comprender y familiarizarse con el mundo en el que habitan. Esto solo será posible si en los inicios de su formación académica se acostumbran a establecer lazos interdisciplinarios. Esta formación se logra con los estudios generales.

✔ El sociólogo Arroyo, hace hincapié en que “la formación general es enriquecedora a todo nivel, nos complejiza como seres humanos y se impone en el mundo porque hoy todo es transdisciplinario, no hay una sola universidad que no cruce todas las carreras y profesiones. Lo otro es puro tecnicismo y robotización”, subraya.

FORMACIÓN EN DEBATE

Cabe precisar que el concepto transdisciplinario, parte del supuesto de que la verdadera creación de conocimiento solo es posible a partir de individuos que tienen una formación académica diversa y lo más completa que sea posible.

Una mala práctica que se podría dar en algunas universidades sería cuando la estructura curricular incluye cursos de carácter “remedial”. El profesor Zapata señala que vienen a ser una especie de materias subsanatorias a las deficiencias de aprendizaje del colegio. “Eso no corresponde a un nivel universitario”, enfatiza.

Si ostentamos que nuestros futuros profesionales tengan el conocimiento que requieren para el desarrollo, se debe fomentar la formación general desde el punto de partida, desde los estudios generales, y no al final del camino de la especialización.

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