Lunes, 1 de abril del 2019
Ellos estudiaron mientras trabajaban y resaltan cómo los ayudó
Tres exitosos profesionales peruanos confirman que las metas se alcanzan con perseverancia.
Oliver Crespo, country manager en Chazki. Egresado de Marketing del programa EPE de la UPC.
“Estudiar con compañeros que tienen la misma experiencia que uno (y en algunos casos más) es muy enriquecedor. Los profesores se convierten en moderadores de las clases, porque siempre hay un debate sobre un tema de interés e intercambio de conocimientos y de experiencias. En las clases aplicábamos los conceptos que aprendíamos, íbamos más allá de los libros, vivíamos la realidad y no nos conformábamos solo con la teoría. Esa enseñanza siempre la pongo en práctica. Tener una profesión siempre es un plus. En mi caso, estudiar marketing potenció mi perfil profesional y amplió mi red de contactos. Hasta hoy me relaciono con mis compañeros del programa”.
Jaquelin Torres, egresada en Administración con mención en Dirección de Empresas del programa DPA de ESAN.
“Lo que más destaco del programa es la variedad de perfiles de mis compañeros. En los salones encontré a personas de diferentes edades y con diversas experiencias laborales, profesionales y personales. Ello benefició nuestro grupo de estudios, porque podíamos tener más puntos de vista sobre un tema o caso. Optar por este programa me ayudó a tener una visión global sobre el mercado empresarial y potenció mi perfil profesional. Fui más valorada y solicitada en el mercado laboral. Los estudios me abrieron las puertas a más oportunidades y eso me ha brindado grandes satisfacciones. Ahora llevo una especialización en Madrid, España, y me va bien. Todo en la vida se logra con esfuerzo, perseverancia y optimismo”.
Carlos Galarza, Coordinador comercial en Tecsup. Egresado de Administración de Empresas con mención en Marketing del programa CPEL de USIL.
“Durante mis estudios me impactó el alcance y seguimiento de los docentes. Nos escuchaban y motivaban a entregar lo mejor porque percibían que teníamos potencial. Mis clases eran 30% teoría y 70% experiencias en networking que realizábamos en el aula. Cada compañero tenía un perfil distinto, pero el mismo objetivo: lograr metas. Al inicio del programa pude tener un mejor horizonte, de 180 grados. Al culminarlo, se completó lo restante. Ahora me considero un profesional con una perspectiva de 360 grados. Vale la pena arriesgarse y sacrificar el tiempo para crecer. *Los resultados se ven en el corto plazo*”.