Trasplante de médula: un tratamiento eficaz
Estas intervenciones permiten curar una gran variedad de enfermedades a la sangre, pero aún faltan donantes.
El cáncer a la sangre y otras enfermedades vinculadas se pueden tratar con un trasplante de médula ósea. Pero, de cada 40.000 personas, solo una puede ser compatible con aquella que requiere la donación. Si bien los padres o familiares del paciente pueden resultar compatibles, no todos tienen esa suerte.
TRATAMIENTO EFICAZ
En un trasplante de médula ósea, la médula del enfermo, productora de células malignas, es destruida con quimioterapia y/o radioterapia. “Luego se reemplaza por una médula sana, quie puede proceder de un donante (trasplante alogénico) o del mismo paciente (trasplante autólogo)”, dice el oncólogo Jesús Schwarz, de Oncosalud.
Durante un trasplante alogénico, también son infundidas las células T del donante, que atacan a las células cancerosas residuales que habitan en el paciente luego del tratamiento. Este trasplante permite curar diversos tipos de cáncer de la sangre, pues actúa como una terapia biológica. No obstante, existe el riesgo de que las células T reconozcan como ajenas a las células sanas del paciente y ataquen sus tejidos y órganos.
A pesar de todo, el trasplante de médula ósea permite tratar un gran número de patologías y enfermedades graves de la sangre, inmunitarias y algunos tumores sólidos muy sensibles a la quimioterapia. Solo en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, las patologías que requieren con más frecuencia de trasplante alogénico son la leucemia mieloide agua (48%) y la leucemia linfática agua (31%).
Según el Ministerio de Salud, cada año se diagnostican enfermedades de la sangre a 2.500 peruanos, en promedio. De ellos, al menos 600 requerirán un trasplante de médula ósea, pero solo el 20% de estos casos contará con un donante compatible para un trasplante alogénico. El reto es ingresar al Registro Mundial de Médula Ósea para aumentar hasta un 70% las opciones de hallar donantes compatibles.
Schwarz también plantea como un desafío la adopción de técnicas más novedosas. Una de ellas es el trasplante haploidéntico con depleción (selección negativa) de células tipo T y de células B. Este proceso permitiría admitir como donante al padre, la madre o un hermano con solo un 50% de compatibilidad, sin que se produzca un rechazo por parte del receptor de la médula.