¿Cómo funciona la venta de bonos de carbonos?

Buscando una manera de reducir los gases de efecto invernadero, principalmente en los países que tienen más industria y contaminan más, los países firmantes del Protocolo de Kioto (1997) propusieron un mecanismo interesante: la venta de bonos de carbono o créditos de carbono.

¿Cómo funciona esto? Resulta que los países tienen una cuota de producción de gases de efecto invernadero y, al sobrepasarla, pueden compensar el daño causado al planeta comprando bonos de carbono a otros países menos contaminantes, países como el nuestro.

CASO DISNEY

Pero veamos el tema a través de los casos. En el 2013, The Walt Disney Company, compró 437.000 bonos de carbono por un valor de US$3,5 millones (un precio mucho más alto que el del mercado) en el Bosque de Protección Alto Mayo (San Martín), donde habitan 23 especies de flora y fauna en peligro de extinción.

Tras inaugurar, en el 2011 y el 2012 dos cruceros, Dream y Fantasy, dobló el tamaño de huella de dióxido de carbono (CO2), pero contrarrestó el efecto en la selva peruana.

El bosque de protección Alto Mayo venía siendo deforestado por los agricultores informales de café. Ello generaba 2,8 millones toneladas de carbono. El dinero pagado por Disney se ha invertido en proyectos de protección del bosque, en reforzar el control y la vigilancia con más guardaparques, en mejorar la infraestructura. Pero, además, se realizan acuerdos de conservación con las familias campesinas, a fin de que no deforesten el área protegida.

También Microsoft, United Airlines y la línea de belleza masculina Paul Mitchell han comprado bonos de carbono en Alto Mayo, a precios elevados (US$8 por tonelada).

La responsabilidad social de las empresas se aplica de una manera muy beneficiosa en los proyectos forestales, ya que no solo se consigue neutralizar las emisiones, sino también para mejorar la imagen, pues el dinero aportado se emplea en garantizar la provisión de servicios ecosistémicos y proteger la biodiversidad.