¿Qué son las aulas funcionales? Conoce su importancia
Contar con dispositivos tecnológicos y conectividad a internet son algunas de las características de este tipo de aulas.
La tecnología avanza a pasos agigantados y el sector educativo no está ajeno a este crecimiento. Cada vez son más los colegios que tienen conectividad a internet y que incorporan dispositivos tecnológicos en el desarrollo de las clases en cualquier etapa escolar.
Por ejemplo, hoy en día se apunta al concepto de “aulas funcionales”, donde la tecnología es parte del quehacer diario en todas las materias desde Comunicación, Ciencias, Artes y Matemáticas, entre otras. De este modo, se iría desterrando la figura del laboratorio pues lo ideal es que los chicos accedan a la tecnología desde sus aulas.
Tal como explica Ysabel Rosales, coordinadora TIC de la Dirección General de Educación Básica Regular del Ministerio de Educación (MINEDU), el actual gobierno viene promoviendo el uso de las TIC para optimizar situaciones que potencien el aprendizaje dentro y fuera del aula.
Gracias a este esfuerzo en el sector público actualmente el 27% de las escuelas a nivel primario cuentan con acceso a internet y el 57%, a nivel secundario. Si bien los índices son alentadores porque denotan un crecimiento en relación con años anteriores, Rosales advierte que el reto está en capacitar a los maestros, cuya edad promedio varía entre los 40 y 50 años, para que se desenvuelvan con facilidad en el uso de herramientas tecnológicas.
“La idea es que le pierdan el miedo a los aparatos a fin de que puedan usar la tecnología como apoyo en clases y de este modo orientar adecuadamente a los alumnos a servirse de ella. Al final, lo que nos interesa es que los alumnos puedan resolver problemas de la vida cotidiana aprovechando las TIC”, destaca Rosales.
Por su parte, Leon Trahtemberg, especialista en temas de educación, sostiene que la tecnología debe ser invisible en el proceso educativo. Es decir, debe ser un medio del que se puedan servir docentes y alumnos para enseñar y aprender, pero nunca la protagonista.
Esta visión periférica de la tecnología se basa en que el aprendizaje en sí no requiere de mayor equipamiento que un profesor dispuesto a transmitir conocimientos y a promover en sus alumnos la capacidad de interpretar, investigar y discernir.
“El objetivo es que el profesor haga entender a los estudiantes diversos conceptos. No está mal que se emplee la tecnología como soporte para la búsqueda de conocimientos, lo negativo es quedarse en cómo usar el aparato y desvirtuar así el sentido del quehacer educativo que debería ser la investigación”, sostiene Trahtemberg.
El experto sostiene que esta “invasión tecnológica” en los colegios viene dada por el márketing de las empresas del sector tecnológico, pues –a su criterio– estos crean las necesidades para generar demanda tanto en hardware como en software.
Esto no debería desmerecer el aporte de las TIC, sino simplemente advertir que los colegios, a través del Minedu, puedan convertirse en consumidores informados para que antes de realizar alguna adquisición importante puedan reconocer qué equipamiento o tecnología resulta realmente útil en un colegio.
“No es mejor el trabajo de un alumno hecho a mano que el que lo tipeó y diseñó con un programa informático de avanzada. Ni tampoco son mejores las escuelas que tienen acceso a internet que las que carecen de ella. Finalmente, lo importante es el contenido del trabajo escolar, pues refleja investigación, análisis y esfuerzo. Esto es lo que hay que valorar”, reflexiona Trahtemberg.
REGULA EL ACCESO A INTERNET
Sabemos que el universo digital es tan grande que los niños pueden acceder a cualquier tipo de información con un solo clic. Esto incluye información útil pero también contenidos no aptos para chicos en etapa escolar. Felizmente es posible filtrar con programas informáticos el acceso a páginas de contenido dañino (pornografía, uso de drogas, asesinatos, etc.).
Sin embargo, Ysabel Rosales (Minedu) señala que lo mejor es que el docente esté bien capacitado para orientar a los alumnos (no solo prohibiendo), sino mostrando todo el universo útil de sitios en Internet.
Asimismo, prosigue, el educador debe incitar a los alumnos a interesarse en las materias dictadas y engancharlos de modo tal que no haya lugar para distracciones.