Fenómeno de El Niño solo llegó al 50% de lo pronosticado

El impacto del fenómeno de El Niño en el Perú fue menor de lo previsto. Se pronosticaba un episodio similar a los años 1997 y 1998, es decir, de magnitud extraordinaria, pero no fue así ni por asomo. Así lo señala Antonio Mabres, vicerrector de Investigación de la Universidad de Piura (UDEP).

Para muestra un botón: la lluvia total del año en la ciudad de Piura acumuló un poco más de 150 mm en el pluviómetro. Dicha cifra es igual a la cantidad acumulada en un solo día de precipitaciones de 1998.

Giovanna Arellano Cabo, gerente general de Progestión, señala que del 100 % que pudo afectar el fenómeno de El Niño, solo se sintió entre 50% y 60%. Este es el resultado de varios factores: las medidas de prevención que tomó el Gobierno central, el mayor presupuesto y la mejor preparación de otras entidades. A pesar de este avance, aún está pendiente concientizar a las poblaciones que habitan zonas ribereñas.

LO NEGATIVO

Hay puntos críticos en la ciudad de Piura que se deben atender, como lo que sucede en los pueblos jóvenes Ignacio Merino y Los Polvorines, que se ubican en zona de drenajes. Así lo afirma Arellano Cabo, quien señala que el problema parte de la informalidad al momento de construir las viviendas. Aunque el Estado envío maquinaria antes de iniciarse el fenómeno y se realizaron encausamientos de los ríos, no hubo un plan de reubicación de las poblaciones más vulnerables.

En opinión de Antonio Mabres, el mayor efecto negativo del fenómeno en Piura fue la rotura del sifón de Samán, del Canal Norte del Chira, a unos 8 km de Sullana. El canal se quedó sin agua y perjudicó a los agricultores de la zona, quienes no contaban con reservas suficientes para regar sus sembríos. Los arreglos que se realizaron son provinciales. Hasta la fecha el caudal es menor.

Otro efecto de las lluvias de marzo fue la descarga de más de 2.000 m3/s del reservorio de Poechos. Esto ocasionó la inundación de miles de hectáreas de cultivos y pérdidas importantes para la economía de la región.

“Hubo, además, aniegos en la ciudad. El día de mayor precipitación se llegó a los 60 mm, sin consecuencias graves. Sirvió para identificar fallas que deben ser corregidas”, explica Mabres.

LO POSITIVO

El fenómeno de El Niño no solo trajo consecuencias negativas para la población, sino también efectos positivos para destacar. El experto de la UDEP indica que las lluvias ayudaron a potenciar la agricultura, sobre todo los cultivos de temporada, ya que regeneran el bosque. También ayuda a la ganadería por el abundante pasto, el cual sirve de forraje por varios años. Además, es favorable para la recarga de los acuíferos.

Desde el lado de los sectores que más se han favorecido, Arellano Cabo explica que la venta de calaminas y otros materiales de construcción son las que han tenido mayor demanda en esta temporada. Además, la participación de instituciones educativas en acciones de prevención e información a la población ante esta situación representó un aporte importante para mitigar los efectos de este fenómeno.

Antonio Mabres indica que la alerta anticipada de un fenómeno fuerte o extraordinario permitió diseñar y realizar trabajos de prevención, como limpieza de drenes y cauces de ríos, alcantarillas en carreteras y reubicación de viviendas en algunos asentamientos. A fin de lograr mejores resultados en el futuro, es necesario promover espacios de debate e investigación para conocer más sobre este fenómeno natura.