Los técnicos pueden desarrollarse en infraestructura, minería, maquinaria pesada, industria automotriz, entre otros.
Algunas semanas antes de que el gobierno de PPK asumiera funciones, el entonces ministro de Educación, Jaime Saavedra, señaló en entrevista a El Comercio que en el Perú existía un déficit de 200.000 profesionales técnicos. Esta cifra puede ser una de las razones del por qué la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú), advirtió el año pasado que el sector productivo enfrenta un déficit de profesionales, con el 68% de los empleadores del país afirmando tener problemas para cubrir sus puestos.
Raúl Camogliano, director zonal Lima-Callao de Senati, opina que esta escasez es la que convierte a las carreras técnicas en excelentes oportunidades para los jóvenes. “Por lo general, por cada puesto para un profesional universitario se requieren entre 6 y 9 técnicos. Por esta razón, es que la carrera técnica se construye en función a la demanda empresarial”.
Las diferencias entre la educación universitaria y la técnica hacen que sus estudiantes tengan perfiles distintos. “El técnico es un agente de desarrollo y que busca concretar proyectos que mejoren la productividad. Es por naturaleza innovador y hábil para imaginar nuevos métodos de aplicación”, puntualiza Camogliano.
CON ÉNFASIS PRÁCTICO
El vocero de Senati considera que existe entre los jóvenes un gran desconocimiento sobre la educación técnica y esto ocasiona que nazca un prejuicio sin fundamento. “Muchos creen que el técnico no va a tener muchas oportunidades laborales y tendrá un techo bastante bajo, cuando en realidad la principal diferencia entre la educación impartida en un instituto y la universidad se centra en la metodología. Mientras una está dedicada a la investigación y a impartir conocimiento, instituciones como la nuestra se centran más en la aplicación del conocimiento en las distintas cadenas productivas”.
Desde el instituto Toulouse Lautrec, la directora de Innovación y Desarrollo, Karen Stiegler, comparte esta visión. “La educación técnica es mucho más permeable y flexible para las empresas y puede realizar cambios curriculares y responder mucho más rápido a las tendencias y demandas del mundo laboral. Asimismo, la inserción se da desde el primer año, ya que los alumnos desarrollan trabajos prácticos y proyectos similares a los que realizan las empresas”.